La muerte del entrenador Juan Vargas Díaz en Zacatelco deja un hueco difícil de llenar en el estado de Tlaxcala, reconocieron deportistas y estrategias que convivieron en su vida deportiva de más de 40 años.
El experimentado manager se entregó al boxeo en el que formó a pugilistas que trascendieron en el ámbito amateur.
El pasado martes murió a los 72 años de edad y su último anhelo le fue concedido, el de casarse en sus Bodas de Oro con su esposa Fidelia Valencia, acto que le fue adelantado un año a petición de él y su familia.
Cinco minutos después de que recibió su anillo por los 50 años de matrimonio, Juanito dejó de existir.
Su labor la orientó por muchos años a preparar a sus hijos Abel y Mauro Vargas, el primero con mayor trayectoria al alcanzar la preselección nacional y posteriormente incursionar como entrenador, actividad que la tiene activa con el reconocimiento de la Asociación Internacional de Boxeo Amateur.
Don Juan Vargas Díaz impulsó el deporte también como promotor de lucha libre por lo que estuvo al frente de la Comisión Estatal de pugilismo y pancracio por más de 20 años.
Problemas de salud lo debilitaron en sus últimos años de vida.
Su hijo Abel Vargas Valencia debió regresar de Mazatlán, Sinaloa donde se desarrolla el campeonato nacional de primera fuerza, mientras que Mauro llegó a Zacatelco de Estados Unidos para convivir con su padre, a pocos días de su muerte.
El tlaxcalteca fue amigo del manager Ignacio Beristáin y otras glorias del pugilismo mexicano.
EXPERIENCIA
- Su experiencia lo llevó a tener contacto con la elite del boxeo nacional como con Guadalupe Pintor, ex campeón mundial XIX quien estableció un compadrazgo con el bautizo de Abel Vargas.
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