El Gobierno ruso anunció hoy la celebración de competiciones alternativas para los atletas olímpicos y paralímpicos que fueron excluidos de los Juegos de Invierno de PyeongChang por sospechas de dopaje.
“Apoyamos a nuestros deportistas, que se encuentran allí (en PyeongChang) en condiciones muy complicadas. Pero más sufren aquellos que (…) no han podido acudir los Juegos Olímpicas“, dijo Dmitri Medvédev, primer ministro ruso. Medvédev tachó de “inventados” los motivos argüidos para dejar fuera de los Juegos a los deportistas rusos, al tiempo que denunció la “desenfrenada campaña política” lanzada en los últimos meses contra Rusia.
Consideró “paradójica” la decisión del Comité Olímpico Internacional (COI) de impedir que compitan en PyeongChang deportistas que han sido catalogados de “limpios” por sus federaciones internacionales correspondientes. Medvédev explicó que se celebrarán competiciones en las disciplinas que más han sufrido el impacto de la exclusión olímpica: esquí, bobsleigh, biatlón y patinaje de velocidad.
Las competiciones tendrán lugar justo después de que terminen los Juegos, explicó Vitali Mutkó, viceprimer ministro ruso y antiguo titular de Deportes, quien aludió a la importancia de conservar el potencial nacional en los deportes de invierno. “Espero que podamos compensar de alguna forma los problemas que han atravesado nuestros deportistas, apoyarles y darles la posibilidad de demostrar sus mejores cualidades”, apuntó.
Unos 70 deportistas fueron excluidos de los Juegos, tanto en deportes olímpicos como paralímpicos, según Mutkó. La semana pasada el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) admitió “por insuficiencia de pruebas” los recursos de 28 de los 42 deportistas rusos a los que el COI había suspendido por violación de las normas antidopaje en los Juegos de Invierno de Sochi 2014.
Sin embargo, la comisión del COI encargada de gestionar la participación de Rusia en los Juegos Olímpicos de PyeongChang rechazó “por sospechas sobre la integridad de los deportistas” invitar a los atletas que fueron indultados por el TAS.
Esa decisión, que tachó entonces de “vergonzosa” y “amoral”, provocó un gran escándalo en Rusia, que de todas formas declinó boicotear los Juegos y envió 168 deportistas a PyeongChang.