El aguacate, conocido como el “oro verde”, es un fruto tan apreciado como valorado en la dieta mexicana por su sabor y los beneficios que aporta al cuerpo. Sin embargo, entre las variedades que hoy se encuentran en el mercado, está cada vez más escondido el de tipo criollo.
Con su pequeño tamaño, cáscara delgada y sabor intenso, el aguacate criollo lucha por mantener su lugar frente a las variedades comerciales más populares como el aguacate Hass. A pesar de sus características únicas, este tesoro natural corre el riesgo de olvidarse debido a la falta de reconocimiento.
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SOBRE EL AGUACATE CRIOLLO
El aguacate criollo ha sido cultivado y consumido en México durante siglos. Su nombre proviene del náhuatl “ahuacatl”, que significa “testículos del árbol” y su origen data de más de 10 mil años, de acuerdo con vestigios encontrados en una cueva de Coxcatlán, Puebla, donde se detectaron restos de la especie Persea americana Mill.
Este fruto se distingue por su cáscara lisa y delgada, que a menudo se puede comer, y por su pulpa de color verde brillante, que tiene un sabor más fuerte y menos graso que las variedades comerciales. Sin embargo, su tamaño pequeño y su menor tiempo de conservación lo han relegado a un segundo plano en el mercado global.
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Otra característica de esta variedad es su presencia en un ciclo de cosecha temprana, a mediados del mes de julio y durante agosto, lo cual limita que su producción se concentre en un período relativamente corto.
Entre sus múltiples beneficios al consumirlo, destaca su presencia de antioxidantes, aceite oleico y linoleico, ácidos grasos y flavonoides. Integrar el aguacate criollo en la dieta reduce los niveles de colesterol malo en sangre y aumenta el colesterol bueno. Del mismo modo, regula el azúcar en sangre y ayuda a evitar la resistencia a la insulina. A quienes padecen artritis reumatoide les ayuda a desinflamar articulaciones.
Por otra parte, el fruto mejora la digestión, nutre la piel, las uñas y el cabello por su alto contenido en vitaminas C y E. Asimismo, contribuye a nivelar la presión arterial por ser rico en Potasio. Y, por si fuera poco, reduce el riesgo de padecimientos en los ojos, como las cataratas.
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AGUACATE CRIOLLO FRENTE AL AGUACATE HASS
Hoy en día, junto con productos como el maíz y el chile, el aguacate forma parte de una tradición que se extiende más allá de la alimentación tradicional o nutricionalmente equilibrada. Esta es la razón por la cual se ha convertido en una de las botanas más degustadas durante algunas justas deportivas como el fútbol americano. Se estima que México exporta más de 100 mil toneladas de aguacate en temporada del Super Bowl, la cual se consume mayormente en forma de guacamole. No obstante, el guacamole originalmente se preparaba con aguacate criollo, costumbre que hoy día se ha perdido.
La preferencia por el aguacate Hass, que domina las exportaciones y los supermercados, ha llevado a una disminución en el cultivo del aguacate criollo. Los agricultores, buscando mayores ganancias, han optado por plantar las variedades más rentables, dejando de lado al criollo, tendencia no solo amenaza la diversidad genética de los campos mexicanos.
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Por lo anterior, apoyar el desarrollo del aguacate criollo significa preservar una parte vital de la identidad mexicana. Cada compra, cada plantación y cada esfuerzo de promoción cuenta para mantener viva esta tradición.