Estar en silla de ruedas no le impidió a la niña Ana María N. disfrutar los días de asueto en las albercas portátiles colocadas en el parque principal de Santa Cruz Tlaxcala.
Niñas y niños del municipio jugaron a bucear, nadar o simplemente aventar agua al compañero de diversión en el centro acuático portátil, donde el intenso sol fue idóneo para refrescarse.
Aunque por su condición Ana María no puede nadar, disfrutó al máximo poder mojarse muy de cerca.
El parque de Santa Cruz Tlaxcala se convirtió en un centro acuático para los infantes de las cinco comunidades del municipio, donde la diversión fue disfrutar de las albercas portátiles que se instalaron en ese lugar.
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La diversión fue para todos, sin importar las condiciones físicas de los infantes, unos de un modo y otros de otro modo, pero la recreación cada quien la hizo como pudo.
Desde el barrio Tetzotzocola, muy cerca de la cabecera municipal de Santa Cruz Tlaxcala, Ana María, quien cursa el tercer año de primaria, arribó junto con su mamá y hermanos al centro de la jurisdicción, para ser partícipes de la diversión acuática.
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Empero, Ana María jugó desde su silla de ruedas, pero eso no fue impedimento para movilizarse de un lado para otro por fuera de las albercas e incluso aventar agua con sus manos.
Su sonrisa fue contagiosa, no tuvo limitantes, porque gozó junto con los demás niños de la diversión acuática en Santa Cruz Tlaxcala.
De este modo, en un martes con temperatura de 29 grados centígrados alrededor del mediodía, fue idóneo para consentir a los hijos para echarse un chapuzón.
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Además de la diversión acuática, los inflables fueron otro motivo para visitar el centro de la cabecera municipal, no solo los pequeños, sino hasta los hermanos más grandes entraron a la recreación.
Mientras que cualquier sombra era buena para los papás o abuelos esperaran hasta horas mientras los infantes se refrescaban en las albercas portátiles.
Ahí, el juego era nadar “de muertito”, zambullirse o salpicar agua al compañero de diversión.
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De la comunidad de Guadalupe Tlachco llegó una madre de familia, con sus dos hijos, uno en brazos y el otro al que le urgía entrar a las albercas. Así, todos se divirtieron, porque hasta el bebé le tocó chapuzón cuando su mamá lo acercó a tocar el agua y fue salpicado por los infantes que “nadaban” dentro de la alberca.