En eventos deportivos recientes destaca la participación de atletas que han pasado por una transición de género.
Al respecto, el portal gaceta unam publicó una entrevista con dos expertas en el tema: Lucía Ciccia y Hortensia Moreno, investigadoras del Centro de Investigaciones y Estudios de Género (CIEG).
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De acuerdo con estas académicas, dar por hecho que una atleta transgénero es mejor que una cisgénero, basados en sus características biológicas, puede ser un error.
Las investigadoras afirman que si se plantea que una persona transgénero no puede participar con mujeres debido a que su testosterona la hace superior, están legitimando un discurso científico que, sin pruebas empíricas fehacientes, las ubica en un lugar inferior. Un lugar que respalda los estereotipos de género y sostiene la idea de que cualquier hombre es superior físicamente a cualquier mujer y de que ninguna mujer le puede ganar a un hombre.
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EL PAPEL DE LA TESTOSTERONA
Las académicas aseguran que la testosterona no es la causa de la supremacía atlética y que varios factores que se vinculan con las habilidades deportivas no tienen una relación directa con la testosterona.
Habría que considerar por ejemplo la densidad ósea, sobre la que el estrés y la alimentación tienen un papel fundamental, señala Lucia Ciccia.
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También es importante considerar que la masa muscular no depende únicamente de la testosterona, ya que también se involucra la hormona del crecimiento y la alimentación: en resumen, el desarrollo muscular depende de la síntesis de proteínas, afirman las investigadoras.
El diseño de toda arena deportiva es demostrar la supremacía de unas personas sobre otras. Por ejemplo, la de las razas, naciones, imperios, y, especialmente, la de los hombres sobre las mujeres, afirman las investigadoras del CIEG.
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Un punto álgido es la afirmación de que testosterona provoca mayor agresividad en los varones cisgénero, por sus efectos en el cerebro.
Ciccia y Moreno sostienen que es inválido categorizar de manera binaria los cerebros, y que la agresividad de una persona no se reduce a descripciones biológicas.
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EL POLÉMICO CASO DE LIA THOMAS
La nadadora transgénero, Lia Thomas, causó revuelo luego de lograr varios récords en la natación estadounidense y llevarse una medalla de oro.
La deportista de 22 años ganó el título en las 20 y 500 yardas estilo libre en el Ivy League por lo que al ser la primera en todas sus pruebas.
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Ante esto, algunas atletas reclamaron su participación en competencias femeniles al tener una “ventaja” por sus niveles de testosterona.
Ciccia y Moreno destacan la superioridad intrínseca en el cuerpo de los varones que los vuelve más grandes, fuertes, rápidos y hábiles desde el punto de vista atlético, es un mito.
Dar por hecho que los cis hombres son superiores a las cis mujeres, desde el punto de vista físico, es irracional, afirman.
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Es sobre esta idea que se le resta mérito a la atleta transgénero Lia Thomas. Para las investigadoras, esto es una aberración, ya que ella trabajó y entrenó muy duro para obtener el triunfo.
Finalmente, sentenciaron Tenemos que ser muy críticas en cómo entendemos la distribución binaria en las habilidades atléticas entre cis mujeres y cis varones, porque es en esta crítica donde veremos que la regulación deportiva opera como una vigilancia de género que afecta a las poblaciones más vulnerables: personas racializadas, cis mujeres intersex, y trans mujeres.
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Cita; Lucía Ciccia y Hortensia Moreno, investigadoras del Género CIEG
Si las mujeres plantean que no pueden participar porque su testosterona las hace superiores, están legitimando un discurso que respalda los estereotipos de género
DATO
¿Qué es la testosterona?
Es una hormona producida por los testículos que tiene por función el desarrollo de las glándulas genitales y el mantenimiento de los caracteres sexuales secundarios masculinos.
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