¿Aún dejas tu zapato bajo el árbol? Esta mágica tradición nació entre los vecinos de Jesús de Nazaret 

Según la leyenda, los Reyes Magos dejan obsequios a los pequeños de buenas intenciones 

Mónica Vargas | El Sol de Tlaxcala 

  · miércoles 4 de enero de 2023

Dice la leyenda que los vecinos del niño Jesús decidieron regalarle zapatos porque debido a su pobreza siempre andaba descalzo. Archivo | El Sol de Tlaxcala

Dejar un zapato bajo el árbol de Navidad con la ilusión de encontrar regalos a la mañana siguiente no es una tradición nueva. De hecho, tiene 2 mil años y se remonta al nacimiento de Jesús de Nazaret.

Dice la leyenda que los vecinos del niño Jesús decidieron regalarle zapatos porque debido a su pobreza siempre andaba descalzo; para entregarlos en las mejores condiciones, los lavaron muy bien y los dejaron secar en las ventanas de sus casas durante toda la noche.A la mañana siguiente, los zapatos estaban llenos de obsequios, pues los Reyes Magos los compensaron por sus buenas intenciones.

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Desde entonces, los pequeños tienen la creencia de que la actitud de servicio puede traer grandes beneficios y conservaron la costumbre de poner los zapatos en la ventana para esperar la llegada de Melchor, Gaspar y Baltazar. Con el paso de los años, esta tradición se modificó y en lugar de dejar los zapatos en la ventana se trasladaron al pie del árbol de Navidad. Además, la costumbre indica que el calzado es un indicador de la edad del niño y, por ende, del tipo de obsequios ideales, según la Sociedad Artística Sinaloense.

¿Y los calcetines navideños?

La tradición cristiana habla de unos zapatos en la ventana, pero en algunos países estos cambian por botas, las mismas que actualmente acostumbran colgar en la chimenea.

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Dice la leyenda que en Europa de la época medieval que una familia se lamentaba en vísperas de Navidad por no poder pagar la dote de las hijas en edad de casarse. El llanto de los padres llegó a oídos de Santa Claus, quien, conmovido por la escena, dejó caer algunas monedas de oro por la chimenea, las cuales cayeron dentro de los calcetines que ahí se secaban.

De esta forma, las jóvenes se pudieron casar y compartieron la fortuna con otras familias y otros pueblos con la ilusión de que todas fueran favorecidas por el protagonista de la Navidad.

La tradición persiste

En México, es común ver estas tradiciones fusionadas. Hay quienes dejan una bota, calcetín o zapato bajo el árbol, en la venta o la chimenea con una carta dirigida a los Reyes Magos o Santa Claus. Sin embargo, el objetivo es el mismo: ser parte del acto mágico de la aparición de regalos.

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Fue hasta el siglo XX cuando se hizo costumbre que los Reyes Magos trajeran juguetes a los niños bien portados, razón por la cual cientos de ellos acostumbran hacer la famosa cartita para enviarla al cielo en un globo.

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