A lo largo de diferentes épocas y lugares, el enigmático personaje de la bruja ha persistido a través de sus múltiples representaciones: desde mujeres con conocimientos de herbolaria hasta aquellas que vuelan en escobas durante la noche de luna llena.
Los habitantes de Tlaxcala y otros estados de la república tienen su propia versión de las brujas: se trata de animales luminosos o bolas de fuego que “saltan” en las copas de los árboles por la noche.
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Según la tradición oral, estas bolas de fuego tienen dos tipos principales de víctimas: los hombres solitarios o viajeros perdidos, a quienes la luz guía hacia barrancos o cuerpos de agua para ahogarlos; y los niños pequeños o bebés, de quienes se alimentan.
¿QUÉ DICE LA CIENCIA?
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La comunidad científica ha buscado explicar estos extraños avistamientos.
Los investigadores Antonio Fernández-Ranada y José Luis Trueba, de la Universidad Complutense de Madrid, sostienen que las “brujas de fuego” son en realidad un fenómeno de aire ionizado durante tormentas eléctricas, conocido comúnmente como rayo globular.
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El rayo globular, también denominado relámpago esférico, centella o esfera luminosa, es un fenómeno eléctrico atmosférico poco comprendido y potencialmente peligroso. Se refiere a objetos esféricos luminosos que pueden variar desde el tamaño de un chícharo hasta varios metros de diámetro.
Aunque generalmente se asocia con tormentas eléctricas, el fenómeno dura considerablemente más que un rayo común.
Las descargas de relámpagos globulares son extremadamente raras y los relatos pueden variar ampliamente. Muchas de las propiedades observadas en los informes de rayos globulares son contradictorias, lo que sugiere que varios fenómenos diferentes podrían estar siendo agrupados incorrectamente bajo el mismo nombre.
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Estas descargas suelen flotar o deslizarse en el aire y tienen una apariencia esferoidal. Pueden ser esféricas, ovoidales, con forma de lágrima o de bastón, y su tamaño generalmente está entre 10 y 40 centímetros. Muchas presentan colores entre rojo y amarillo. A veces, la descarga parece ser atraída por un objeto, mientras que en otras se mueve de manera aleatoria. Después de varios segundos, la descarga se dispersa y es absorbida por algo o, en raras ocasiones, se desvanece con una explosión.
Los rayos globulares suelen aparecer durante tormentas eléctricas y han sido observados en diversas partes del mundo. Aparecen de manera repentina, moviéndose de forma impredecible antes de desvanecerse, a veces con una pequeña explosión, tras aproximadamente 30 segundos de haberse formado. Este comportamiento ha generado una amplia gama de testimonios, algunos de los cuales reportan haber sufrido quemaduras tras el encuentro con estos fenómenos luminosos.
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Sin negar la tradición de los pueblos de Tlaxcala, los investigadores proponen una perspectiva objetiva basada en hechos científicos. Sin embargo, la comprensión de la vida cotidiana de estas comunidades es imposible sin considerar sus usos y costumbres, dejando en la memoria colectiva estos “testimonios brujiles”.