Al llegar la época de lluvias, comienzan los antojos de bebidas calientes para mitigar el frío. El atole champurrado no sólo cumple esa función, también es uno de los favoritos de la cocina mexicana. ¿Alguna vez te has preguntado desde cuándo se prepara?
Lo primero que hay que saber es que la palabra champurrado es una onomatopeya, registrada en la Real Academia de la Lengua Española, que intenta reproducir el sonido de los líquidos al combinarse. Comenzó a emplearse en Cuba para referirse a una bebida a base agua, azúcar y otras especias; sin embargo, en México se emplea para referirse a la que nos ocupa: la bebida a base de maíz y chocolate.
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Por su parte, Fray Bernardino de Sahagún explica en sus narraciones que el náhuatl “atolli” tiene dos raíces: «atl» que significa agua y «toloa» que quiere decir comer o tragar.
LA HISTORIA
A pesar de que existen muchas variantes de atole en México, el champurrado se mantiene como uno de los favoritos, pues tiene más de 500 años de historia.
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De acuerdo con el diccionario gastronómico Larousse, la antigüedad de la bebida se puede delimitar al momento en el que comenzó la nixtamalización y, para ello, primero fue necesario que se inventara la cerámica y que se domesticara al teocintle, para entonces transformarlo en el maíz que conocieron en su tiempo las culturas prehispánicas y que conocemos nosotros hoy en día. La domesticación del teocintle ocurrió hace 9 mil años aproximadamente, según señala María Isabel Ramos Abascal en su texto “El atole a través de los años”.
Se sabe que originalmente el atole era una cocción azucarada de harina de maíz en agua, en proporciones tales que al final tuviera una moderada viscosidad y un cierto espesor. Los guerreros aztecas lo bebían antes de las batallas ya que era una bebida nutritiva que les daría energías para derrotar a sus contrincantes.
Posteriormente se le fueron agregando ciertas especies aromáticas, como el cacao, y no fue hasta la llegada de los españoles que comenzaron las variantes de vainilla, canela, anís, flor de azahar, hojas de naranjo y otros saborizantes, como jugo o pulpa de frutas.
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El alimento se menciona por distintos personajes que exaltaron su sabor y preparación, como Hernán Cortés en sus cartas de relación, las cuales nos dan un panorama de cuán importante es en la historia de nuestro país.
PROPIEDADES NUTRICIONALES
El champurrado se prepara de forma sencilla en el hogar y, además, lo venden en la mayoría de establecimientos y puestos de comida tradicional, por lo que es muy fácil de conseguir. Te sorprenderá saber que además es una receta muy nutritiva.
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El causante de todos los beneficios que obtenemos al comer chocolate, es el cacao. Este fruto que desde tiempo atrás fue usado por las culturas prehispánicas como moneda y como elemento importante en algunos rituales, tiene efectos antiinflamatorios provenientes de las sustancias antioxidantes que contiene.
También contiene óxido nítrico, que ayuda a mejorar el flujo sanguíneo, al enviar señales a las arterias para relajarse evitando así la producción de coágulos y, por lo tanto, se disminuye el padecimiento de una embolia. Es decir, el consumir regularmente chocolate, ayuda a nuestra salud cardiovascular y mejora la presión arterial.
Los antioxidantes que contiene también protegen las membranas celulares y ayudan a que disminuya el daño celular. El cacao, además, aporta fibra y sustancias que mejoran la flora intestinal y, al mismo tiempo, ayudan a reforzar el sistema inmune.
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El maíz, por su parte, contiene una gran cantidad de pigmentos antioxidantes y una calidad nutrimental.
Por otro lado, su nivel de fibra es más elevado que el de muchos otros cereales, contiene carbohidratos de fácil digestión y es rico en minerales como el fósforo, calcio y magnesio, además contiene vitamina A, E, C, B1 y B3, y antioxidantes.
A la usanza tradicional, el maíz azul también ha sido considerado un alimento antinflamatorio, ya que protege contra la degeneración de los tejidos y ayuda a la buena circulación de la sangre, recomendado para personas que padecen problemas del corazón.
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Ahora no hay manera en la que te puedas resistir a probar un champurrado, la bebida que ha nutrido a nuestros antepasados desde hace siglos.
Los guerreros aztecas bebían atole antes de las batallas, ya que era una bebida nutritiva que les daría energías para derrotar a sus contrincantes.