Sorprendidos, emocionados y admirados quedaron los paleontólogos de la Universidad de Alberta en Canadá quienes dejaron al descubierto al más grande entre los grandes, se trata de un Tyrannosaurus Rex que vivió hace unos 66 millones de años y al que apodaron, en honor a un botella de whisky irlandés con la que se celebró su hallazgo en 1991, el hecho de nota mundial ocurrió en las montañas de lo que hoy es la provincia canadiense de Saskatchewan.
Segúl el relato del paleontólogo y responsable del estudio realizado por la Universidad de Alberta y publicado en The Anatomical Record, Scott Persons se trata del “T.Rex entre los T.Rexes”.
Scott Persons deja en claro que la tarea no ha sido nada fácil pues los restos del dinosaurio fueron encontrados bajo una montaña de piedra arenisca en la que han tenido que laborar minuciosamente durante 10 años.
“Después hubo que ir extrayendo los enormes huesos, algunos con ayuda de helicópteros, para finalmente montar el rompecabezas de su esqueleto, del cual se ha hallado más del 65%, incluyendo cabeza y caderas”, detalló el paleontólogo.
Se ha determinado que Scotty medía unos 13 metros de largo y la complexión de sus patas sugiere que cuando estaba vivo pudo llegar a pesar más de 8800 kilos.
“Hay una considerable variabilidad de tamaño entre el tiranosaurio. Algunos eran más largos que otros y otros más robustos. Scotty ejemplifica el robusto, un poco más fuerte que otros especímenes de T. Rex”, afirma Persons en declaraciones a la Universidad de Alberta.
Dentro de la publicación realizada por en The Anatomical Record se detalla que este ejemplar también pudo ser el Tyrannosaurus Rex más longevo. Las múltiples pruebas realizadas a los huesos han determinado que pudo morir a los 30 años, y en su esqueleto lleva las cicatrices de lo duro que fue sobrevivir: entre ellas una mandíbula infectada, costillas rotas y lo que parece un mordisco de otro T.Rex en su cola. “Para los estándares de los tiranosauros, tuvo una vida inusualmente larga. Y fue violenta” afirma Parsons.
Hasta hoy se puede concluir que, de momento, Scotty es “el depredador terrestre más grande conocido por la ciencia”. Sus restos serán exhibidos cuanto se abra el nuevo Royal Museum de Saskatchewan, en 2019.
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