El halo solar, también conocido como aro iris o antelia, consiste en una circunferencia luminosa que se produce alrededor del Sol y da la impresionante apariencia de un disco luminoso que a veces expresa colores perfectamente simétricos.
De acuerdo con el Diccionario de astronomía, la llamada "casa del Sol" se produce cuando la luz del astro experimenta un fenómeno de refracción por parte de cristales de hielo en suspensión en la troposfera, la capa que contiene el aire que respiramos y las nubes, que entre más lejanas su probabilidad de congelarse es mayor.
No te pierdas: ➡️Desde Júpiter hasta Neptuno: la odisea de las Voyager
La refracción es un cambio de dirección que experimenta una onda de luz al pasar de un medio material a otro. En otras palabras, los pedazos de hielo funcionan como un gran prisma que produce la variación de la luz y la refleja de nuevo a nuestros ojos, efecto similar a lo que sucede con los arcoíris.
Generalmente, este acto ocurre durante el cenit, la situación del Sol en el punto más alto de su elevación sobre el horizonte.
Creencias sobre el halo
A pesar de que un halo solar es normal, no es muy habitual. Es por eso que se le han asociado creencias (en su mayoría negativas) en diferentes culturas.
Más información: ➡️Embriones sintéticos: Cada vez menos lejanos
El fenómeno fue documentado en los antiguos registros mayas y lo asociaron a las grandes catástrofes que vivieron. De acuerdo con El Chilam Balam, este hecho formaba un sistema de pronósticos sobre irregularidades de lluvia y desastres en las cosechas.
Actualmente, se tiene la creencia de que un halo indica una proximidad de lluvias peligrosas y los expertos ratifican que es debido a la presencia de la formación de la primera onda tropical de la temporada.
La Secretaría del Medio Ambiente señala que es un mito que los halos solares se relacionen con lluvia, pues no hay ningún efecto adicional a ellos más que "admirar su belleza" cuando aparecen.
Te puede interesar: ➡️Inventan un "Google maps" de las proteínas
El blog de Xataka recupera que un efecto parecido al halo son los "pilares solares" que, en lugar de ser un aro alrededor del Sol, son un reflejo vertical muy largo. En algunas ocasiones han sido reportados como avistamientos de OVNIs, citando como ejemplo los pilares solares producidos sobre las cataratas del Niágara. Una ubicación donde de hecho son habituales sobre todo en invierno, así que no, estos fenómenos son muy terrestres, y como siempre lo mejor es disfrutarlos si tenemos la suerte de presenciar alguno.
En EarthSky explican que hay mayor probabilidad de ver pilares solares cuando el sol está bajo hacia el oeste, durante el crepúsculo, o bien en el este durante el amanecer. Esto ha de ocurrir en conjunción con la formación de esos cristales de hielo que son responsables del efecto lumínico.
La Luna también tiene casa
Tampoco es de extrañarse que a veces la Luna también exprese su halo durante las temporadas de más frío. Entre las condiciones atmosféricas adecuadas para poder observar este fenómeno se encuentran que, en zonas templadas, se puedan generar ligeras nubes cristalizadas por el frío, que son conocidas como Cirrus, según explica FayerWayer.
Este fenómeno atmosférico se genera por la misma situación que la del astro rey, pues recordemos que la Luna no genera luz y la vemos gracias a que refleja la luz solar.
LEE MÁS: ⬇️