Inés Ramírez se realizó una cesárea a sí misma. La mujer es campesina del estado de Oaxaca, en México, y no cuenta con conocimientos médicos, sin embargo, al comenzar su trabajo de parto y darse cuenta que su bebé no podría nacer por parto natural, decidió cortarse el vientre para traerlo al mundo.
Diariamente mueren en todo el mundo unas 830 mujeres por complicaciones relacionadas con el embarazo o el parto, de acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud, pero Inés no forma parte de esa estadística.
Sus herramientas fueron un cuchillo y unas tijeras oxidadas. Para resistir el dolor, tomó varios tragos de alcohol puro… y comenzó a cortar. Realizó las incisiones debajo de su ombligo y tras una hora logró sacar al bebé. Al constatar que su hijo respiraba, Inés se desmayó. Después de varios minutos recuperó el conocimiento y se envolvió el vientre con un suéter, pero pasaron doce horas para que recibiera atención médica, ya que los caminos de terracería en su región, dificultan el traslado de enfermos y heridos hacia el hospital más cercano, en San Pablo Huixtepec, Oaxaca.
El caso sorprendió al doctor Honorio Galván, quien constató que tanto la madre como el bebé se encontraban en buen estado de salud. Lo que desconcertó al médico fue que, a pesar de que los intestinos de la mujer se llenaron de tierra, ésta no presentó infección alguna.
Para dar a conocer el suceso a la comunidad médica, Galván escribió un artículo que fue publicado en el año 2008 por la Revista Internacional de Ginecología y Obstetricia, (IJGO) por sus siglas en inglés, y hasta el momento el caso de Inés Ramírez es el único registrado en el mundo, donde una madre se realiza una cesárea a sí misma y sobreviven ella y el producto.
- 830 mujeres mueren cada día en el mundo por complicaciones relacionadas con el embarazo o el parto.
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