El origen del Halloween, celebración pagana que se celebra en Estados Unidos, Canada, España, México y algunos otros países de Latinoamérica, se remonta a la antigua celebración celta llamada "Samhain".
Con la migración de europeos a Estados Unidos, principalmente de irlandeses en 1846, la tradición de celebrar Samhain llegó al norte del continente americano.
El Samhain marcaba el momento en que los días son más cortos y las noches más largas.
Para los celtas, al igual que para muchas culturas prehispánicas, esta celebración marca el regreso de los muertos al mundo de los vivos.
El año celta concluía el 31 de octubre, para ellos significaba el fin de la muerte y el inicio de una nueva vida.
Se dejaba comida y pequeñas porciones de lo que habían cosechado (calabazas, maíz, trigo, manzanas) a manera de ofrenda y encendían velas para guiar el camino de los muertos hacia el descanso junto a Lugh (dios de la mitología celta).
La palabra Halloween se deriva de los vocablos "All Hallows Eve" (víspera de Todos los Santos), que al paso de los años cambió hasta llegar a la celebración que hoy conocemos.
Actualmente las personas festejan Halloween disfrazándose de monstruos, brujas, fantasmas y demás personajes ficticios para luego ir a pedir Truco o Trato a las casas donde a cambio de "no hacerles una travesura" se les regalan dulces a los niños.