Los juguetes son parte indiscutible en la vida y formación de una persona. Son los juguetes compañía de aprendizajes, relaciones sociales y adquisición de habilidades. En México aún es común encontrar juguetes tradicionales en mercados de artesanías, como el que se acaba de inaugurar en la calle Xicohténcatl del centro histórico de Tlaxcala.
Aunque es imposible volver en el tiempo y reapropiarnos de las tradiciones lúdicas de hace décadas, siempre es buen momento para recordar los valiosos objetos que hicieron felices a tantas generaciones de infantes en nuestro país.
¿Cuántos de estos juguetes usaste en tu infancia?
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-Balero
Si no te lastimaste la mano jugando con un balero, no tuviste infancia. Este es el juguete mexicano por excelencia; existen registros de que los mayas lo usaron desde hace más de un siglo, aunque en Yucatán se halló un tratado maya que revela un juego autóctono muy parecido al balero, pero este estaba hecho con cráneos humanos.
Aunque se le conoce con distintos nombres en otros países de América Latina, es un hecho que su uso se remonta a épocas precolombinas, de acuerdo con México Desconocido.
Madera, plástico o materia ósea, este juego es un gran desarrollador de habilidades motrices como los reflejos y el equilibrio.
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-Trompo
Este juguete de madera es protagonista de las grandes competencias infantiles del pasado. ¿Quién no recuerda las guerras de baile del trompo sobre la mano o en el piso? Entre los juegos están: el gallito, a los simples papes, la troya, círculo que se traza en el suelo para jugar; la palomita, que consiste en empujar una moneda a golpes con la púa del trompo y, mientras éste baila, sacarla afuera de la meta señalada.
También es un ejemplo de giroscópico, un ejemplo de centro gravitatorio de forma perpendicular al eje de giro, y se equilibra sobre un punto gracias a la velocidad angular. Diversión y aprendizaje en un objeto tan pequeño.
-Yoyó
Este es un juego bastante conocido y divertido. Cuando se deja caer, el yoyó sube y baja de forma repetida ayudado un poco por pequeños impulsos de la mano. Los niños mexicanos se convirtieron en verdaderos expertos y amos de toda clase de trucos. Muchos de ellos tienen nombre propio, como ‘pasear al perrito’, el ‘dormilón’, la ‘bomba atómica’, etc.
Además, este es un buen ejemplo de juguete para explicar algo de ciencia, pues su funcionamiento se basa en el principio de conservación de energía y cómo cambian la rotación y traslación.
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