Según el Diccionario de la lengua náhuatl, el término de Cuexcomate proviene del vocablo náhuatl cuexcomatl, que significa “almacén de pan; coronilla, cráneo”, y que es de origen mesoamericano.
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Se trata, a grandes rasgos, de un tipo de granero abombado elaborado con barro, piedra y paja. Se cree que la forma de esta obra podría ser una evolución de jarrones, donde los indígenas guardaban el maíz. Favorecido por su altura de 1 a 3 metros, funcionaba para proteger al preciado grano de roedores, lluvias, plagas y, sobre todo, de ser robado.
Tlaxcala: hogar del cuexcomate
En el libro Arquitectura en Tierra: Tecnología sostenible y reutilización patrimonial, los coordinadores José Luis Sáinz, Félix Jové y Luis Fernando Guerrero, explican que en México aún es fácil encontrar cuexcomates de varios tipos. Singularmente, la región de Tlaxcala corresponde a un terreno importante y tradicional del país, por lo tanto, es aquí donde se ha logrado identificar varias de estas obras arquitectónicas con ciertas características y elementos que los identifican.
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Es posible asegurar que la existencia de estas obras se debe a la lógica basada en el paisaje, a sus creencias, a los materiales que tenían disponibles en el contexto y sobre todo a la necesidad de proteger las reservas, así como la importancia de la continuidad de producción que planteaba el campesino.
Aunque ya es prácticamente imposible encontrar cuexcomates originales en uso, en el Museo Vivo de Artes y Tradiciones Populares de Tlaxcala se puede apreciar la estructura de un ejemplar con materiales básicos para la fabricación de adobe, formando parte de la llamada arquitectura vernácula.
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Ritualidad del cuexcomate
El lugar en el que se construía el cuexcomate estaba muy bien pensado; casi siempre se encontraba orientado en el patio central, y en torno a este, se agrupan las demás construcciones correspondientes al uso habitacional. El hecho de encontrarse como centro del hogar es muy simbólico cuando hablamos de la importancia que tenía para las familias, donde el maíz era toda la vida.
Según el blog El Cuexcomate, en el Valle de México las construcciones se hacían en varios pasos:
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1. Primero se construye la base y la primera mitad (mitad inferior) de la olla. Va sobre una base que la eleva para que no tenga contacto directo con el suelo.
2. Después se arma la segunda mitad (mitad superior) de la olla de modo independiente, pero cuidando que tenga el mismo diámetro que la primera en la parte más ancha
3. Una vez que estas dos mitades ya no estén demasiado húmedas, la segunda mitad se encima en la primera, para que pueda ser acoplada y sellada con más de la mezcla tipo adobe. Así es como queda una sola olla. La tierra amarilla se amasaba con nejayote (agua que queda después de hervir el maíz con cal) que funcionaba como aglutinante y para endurecer la pasta.
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4. El último paso del proceso es el techo de paja, pasto o de ixtle, para evitar que entre la lluvia al grano almacenado.
5. El cuexcomate además va encalado por fuera, o sea que se le pone una capa de cal que evita que los animales entren.
La vida del maíz
Óscar Alpuche en El saber tradicional del cuexcomate en Morelos explica que cuando los productores maiceros inician la cosecha trasladan la mazorca al patio de sus casas. Finalizada esta etapa, los agricultores proceden a desgranar la mazorca con un instrumento llamado “olotera”, actividad que dura aproximadamente tres semanas. Después de que el maíz ha sido desgranado, se procede a limpiar y barrer el fondo del cuexcomate, sahumando con copal el interior del mismo y de manera inmediata se suben los primeros bultos de grano de maíz para vaciarlos al fondo del cuexcomate y así sucesivamente hasta que se deposita el último grano del último bulto.
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Las mazorcas que se destinarán a la siembra se apartan en bultos de ixtle y en abril se desgranan directamente por el campesino, el cual selecciona las mazorcas más grandes y las que considera con mayor vigor.