La creencia dicta que el té de toloache podría enamorar a cualquiera. Basta una pequeña dosis de la planta para conseguir el amor de la persona deseada. Pero, ¿realmente es mágico o sus efectos sobre el organismo así lo hacen parecer? Para explicar la duda milenaria, investigadores y biólogos han estudiado el toloache desde su composición química.
¿Qué es el toloache?
Para empezar, dejemos claro que este nombre se suele aplicar a diversas especies del género Datura. De acuerdo con el Instituto de Biología de la UNAM, son conocidas unas 12 especies en el mundo y todas son originarias de México.
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Se trata de una pequeña planta con flores blancas. Sus frutos son cápsulas espinosas del tamaño de una pelota de golf que contienen numerosas semillas utilizadas desde la antigüedad para curar los males a través de la alucinación, como amuleto de la suerte y en las ceremonias de iniciación sexual de los jóvenes.
¿Pócima de amor o potente droga?
Las propiedades alcaloides de este género pueden ser alucinógenas y frecuentemente mortales, por lo que es muy peligroso utilizarlo. El toloache produce desorientación, falta de concentración, pensamiento incoherente, y vuelve imposible distinguir entre realidad y fantasía: síntomas muy parecidos al enamoramiento.
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En el proceso de enamoramiento, de acuerdo con la Universidad de La Sabana, se liberan altos niveles de dopamina, químico que activa el circuito de recompensa, lo cual ayuda a hacer del amor una experiencia similar a la euforia asociada con el consumo de drogas.
En ese sentido, es muy fácil quedar “entoloachado” y atribuir la vulnerabilidad de la mente y el cuerpo al sentimiento romántico por alguien; pero, en conclusión, el enamoramiento por toloache no existe, la intoxicación sí.
Otras pócimas brujiles
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Así como el género Datura, hay otras plantas que producen efectos alucinógenos y, en el contexto brujil, pueden asociarse con algún otro tipo de comportamiento.
Té de floripondio
El floripondio, conocido también como campana, es una flor altamente tóxica que puede provocar alucinaciones a nivel visual, auditivo y táctil, haciendo muy difícil para la persona la diferenciación con la realidad.
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En su uso popular, el té de floripondio funciona para calmar los nervios y mejorar el sueño. No obstante, encontrar la dosis correcta es muy difícil. Por esa razón, muchas personas en la antigüedad podían pasar horas en una alucinación donde era común sentirse “en las nubes”, de ahí viene la errónea creencia de que las brujas la usaban para ungir su cuerpo y poder volar.
Ungüento de belladona
La belladona es un arbusto. Posee negras y brillantes bayas que contienen atropina, un alcaloide que en pequeñas dosis provoca alucinaciones, delirios y, si se consume en exceso, pérdida de memoria, parálisis o la muerte.
Otro mito de las brujas voladoras deviene de la belladona, pues se cree que las mujeres fabricaban ungüentos con ella, los untaban en sus genitales y cuando alucinaban creían volar. Encontrar la dosis adecuada de belladona era muy difícil sin correr peligro de muerte al ingerirla. Por eso, se utilizaba por vía tópica.
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