A través de medios de comunicación y redes sociales, el público está expuesto constantemente a información sobre el deterioro ambiental de nuestro planeta, lo cual se suma a hechos como las altas temperaturas nunca antes registradas en nuestro estado y nuestro país que hablan de esta realidad, contexto que ha dado paso a un nuevo fenómeno social llamado ecoansiedad.
Instituciones especializadas, como la Asociación Estadounidense de Psicología describen a la econsiedad como un temor crónico a la posibilidad de un cataclismo ambiental, así como un estrés originado por los impactos aparentemente irrevocables del cambio climático.
El aumento de este número de casos se reporta a nivel mundial e incluso han surgido nuevas corrientes como la ecopsicología, que se centra en el estudio del vínculo emocional entre los humanos y el planeta Tierra.
Marco Mazzoco nos compartió que el hecho de estar expuesto a constantes noticias sobre cambio climático, calentamiento global y, en general, a contenido que habla sobre crisis ambiental generó en él un estado de preocupación extrema.
“Estar expuesto a tanta información generó en mí una preocupación constante al pensar en el futuro de mis hijos, por lo que se convirtió en un malestar que no se iba, así que decidí dejar de buscar ese tipo de contenido que habla de catástrofes”.
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La Secretaría de Salud explica que la ansiedad puede ocasionar síntomas físicos como taquicardia, mareos, palpitaciones y molestias digestivas; mientras que en los síntomas psíquicos se encuentran nerviosismo, deseo de huir, inquietud, sensación de muerte inminente y miedos irracionales.
Los especialistas en salud mental recomiendan no exponerse de manera frecuente al detonante de la ansiedad; en este caso a contenido relacionado con catástrofes ambientales.
Por otro lado, también señalan que pequeñas pero acciones constantes que contribuyan a la salud del medio ambiente pueden ayudar a reducir la sensación de impotencia y miedo que ocasiona el deterioro de nuestro planeta.