Por Belén Cancino
TEPEACA, Pue.- Tiene cuatro pollitos, varios más enincubación y el mismo instinto maternal que una hembra, pero“Niño” es un guajolote macho de apenas un año de edad.
En el traspatio de la marisquería El Rey Pez en lajunta auxiliar de San Hipólito de este municipio, la naturalezasorprendió a la familia Méndez García, pues un guajolote yaempolló 10 crías y no se levanta de un conjunto de huevos dondeotro par ya asomaba el pico.
Igual que si se tratara de una guajolota o“totola”, como coloquialmente se llama a esta ave doméstica,este guajolote o “totol” está echado desde haceaproximadamente un mes en su nido empollando los huevos que tomóde los nidos de otras totolas y algunas gallinas, y anteayer hizonacer a 10 pollitos.
Delfina, la matriarca de la familia, en sus 74 añosde vida, igual que su hija, Hortencia de 46, y su nieta Alondra, ladueña de “Niño”, de apenas 13, jamás vieron que un guajolotenormal, robusto y con las abundantes excrecencias en la cabeza ycuello que distinguen a los machos de las hembras, tuviera instintomaternal.
Alondra, la pequeña adolescente de la familia, quegusta de los animales domésticos fue quien se dio cuenta que“Niño” era diferente, pues notó que el guajolote se“echaba” en el nido junto a su madre.
Ella fue quien le dijo a su mamá, Hortencia, que elguajolote estaba “culeco”, el modo con el que identifican a lashembras que se preparan para incubar sus huevos y tener crías yconsiste en una serie de cambios, como el aumento de la temperaturacorporal, el desplumamiento del pecho y el desprendimiento de suscarúnculas, las membranas rojas que les cubren la cabeza y elcuello y que ellos llaman “coralitos”.
A doña Hortencia, la observación le parecióirreal, pero después de observarlo dio la razón a su hija, asíque preparó un nido para “Niño” y le puso algunos de loshuevos que él mismo buscaba para que los empollara.
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