Leptonycteris yerbabuenae, conocido popularmente como murciélago magueyero, es una de las más de mil especies de estos mamíferos voladores. Este murciélago en particular, al ser una de las tres especies de Norteamérica que se alimentan de néctar, es responsable de la polinización del cactus y las plantas de agave en toda la región del norte de México, de acuerdo con National Geographic.
Los murciélagos magueyeros pueblan los cielos nocturnos en busca de alimento: el néctar de la flor del agave. Durante el vuelo de flor en flor impregnan sus cuerpos de polen que transportan e intercambian entre grandes extensiones de cultivo de maguey que cruzan el territorio mexicano.
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Gracias a esto, no solo resultan beneficiadas las plantas con las que se hace el pulque, también se podría salvar a este animal de su desaparición, pues la relación de estas dos especies se conoce como simbiosis, un proceso de interacción entre dos o más organismos que consiste en ayudarse mutuamente para sobrevivir.
Debido a los múltiples beneficios que ofrece el maguey y a su tiempo de vida, se ha propiciado su explotación y siembra inadecuada. Al usar los hijuelos para replantar los campos, las plantas de los cultivos pierden diversidad genética y con el tiempo se hacen débiles.
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El proceso natural de polinización se interrumpió cuando los productores de tequila empezaron a reproducir agaves sin considerar su diversidad genética, pues el agave concentra azúcar durante años para formar su flor, pero los productores cosechan las plantas antes de que genere la flor y aprovechan el azúcar para obtener alcohol. Al extenderse los campos agaveros con plantas que nunca florecen, los murciélagos se van, pues ya no encontraron alimento.
El murciélago magueyero está considerado como especie en peligro de extinción desde 1984 en la Endangered Species Act del gobierno de los Estados Unidos. No obstante, de acuerdo con Ciencia UNAM, desde hace casi 20 años, en un esfuerzo conjunto, científicos mexicanos y estadounidenses elaboraron un plan con acciones para la recuperación de la especie, que ha dado frutos positivos.
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El proyecto Bat Friendly, para el caso de las tequileras, propone a los productores una práctica sustentable: permitir que una parte de sus agaves no sea cosechada y desarrolle flor. Por esta iniciativa, los murciélagos están regresando a los campos y la industria pronto tendrá plantas con diversidad genética y, por lo tanto, mayor resistencia a enfermedades.
La relación simbiótica entre murciélagos y magueyes es indispensable para el país, pues el valor de la producción total de agave tequilero supera los 30 mil millones de pesos, de acuerdo con el Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera.
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