¿Cómo saber si un pulque es auténtico? El conocimiento popular cuenta con una prueba infalible: la del alacrán.
El experimento consiste en aprovechar el sedimento que queda en el fondo del vaso, de la jícara o jarro al terminar de tomar el pulque. Quien desea hacer la prueba debe despegar el recipiente de la mesa y lanzar el líquido rápidamente al suelo. De esta forma, el hilo de la bebida quedará estampado en el piso y formará la silueta de un alacrán.
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Este arácnido se forma por la viscosidad del pulque y, de acuerdo con los expertos, es la forma más eficiente de comprobar que no fue rebajado con agua ni se pasó de aguamiel.
Este juego tradicional se puede hacer en la tierra, el cemento o el aserrín.
Como dato curioso, las pulquerías tradicionales colocan virutas de madera en el piso para absorber el líquido derramado por los consumidores, ya sea por accidente o durante las pruebas de alacrán.
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Otras formas de identificar un buen pulque
Debido a su proceso de fermentación, el pulque debe de oler a pan recién horneado y fresco. En caso de notar un aroma desagradablemente ácido, evita consumirlo.
Un buen pulque nunca debe sentirse excesivamente viscoso, ni debe de acidificar la lengua. Si esto ocurre, entonces está fermentado en exceso. Por el contrario, si se siente muy líquido, seguro está rebajado con agua.
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El primer trago debe sentirse refrescante y ligero, es decir, el alcohol debe ser casi imperceptible.
Un buen pulque no debe provocar malestares. En caso de presentar síntomas de enfermedad gastrointestinal, probablemente la bebida está pasada. Lo ideal es consumirlo al momento.