El rap es el arte de los poetas de la calle. Desde su nacimiento en los años 70, este género se convirtió en una resistencia para las juventudes en Estados Unidos que encontraron en la improvisación verbal un espacio de expresión y denuncia, particularmente entre afroestadounidenses que residían en el Bronx.
Muchas generaciones más tarde, el llamado freestyle sigue siendo una contestataria compañía para miles de jóvenes de todo el mundo, incluidos los de nuestro país
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Las calles de nuestra ciudad son un mosaico de tribus urbanas. Gamers, góticos, skaters, cumbieros, metaleros, hippies, hípsters, lolitas y punks forman parte del paisaje cotidiano y nutren de diversidad a la sociedad.
Los raperos, anunciados por sus bocinas y manos meciéndose en el aire de arriba abajo, son quienes se instalan en las plazas públicas sin micrófonos y sin tarimas. Solo con su voz y una pista que le marque el ritmo logran su cometido.
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Amplio vocabulario y destreza mental para construir estrofas al momento son las principales características que aplaude el público a su alrededor sin esperar que el espectáculo escale, pues desde su origen ha sido un arte meramente urbano.
LA HISTORIA
La relación del freestyle con México, de acuerdo con las crónicas, se remonta al auge de Cypress Hill en la Costa Oeste de Estados Unidos, una explosión de la cultura chicana en Los Ángeles a finales de la década ochentera.
Sociedad Café, Kartel Aztlán y Control Machete fueron el comienzo de la historia en la escena nacional por sus letras que no solo expresaban las ideas de una generación, sino que buscaban educar al pueblo a través de la reflexión.
Si bien todo comenzó en las calles del norte, el fenómeno pronto se extendió al resto del país. De pronto colonias populares como Ecatepec o Neza hicieron de la actividad un deporte nacional. Ahí comenzaron las batallas de freestyle que hoy conocemos en Tlaxcala.
Lo usual es que estos enfrentamientos sean entre dos personas, aunque hay excepciones en las competiciones por equipos. De acuerdo con Red Bull, que controla las representaciones a nivel mundial de esta música, el objetivo es “desarmar” de palabras al rival. Quien demuestre superioridad frente a su adversario, rapee mejor y sea más contundente, logrará llevarse la victoria, que es ovacionada por el grupo de personas a su alrededor.
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Si bien el rap se invisibilizó por décadas, hoy nuestras calles se escuchan como rimas, pues el género cobró un segundo aire potenciado por otras tribus urbanas y la apertura para escuchar nuevas ideas, las cuales tienen beneficios para ambos.
BENEFICIOS
¿Sabías que el rap fue utilizado por el cantante británico Ed Sheeran para superar su tartamudez en su infancia?
Este tipo de ritmo ofrece a las personas que lo practican un ejercicio de concentración y desarrollo de habilidades lingüísticas. De acuerdo con esta ciencia, existen cuatro posibles gracias derivados de escuchar y hacer rap.
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Agilidad mental: unir palabras rápidamente, construir rimas e hilar ideas es un buen estímulo para el cerebro.
Enriquece el vocabulario: para competir en una batalla de rap debes tener un vocabulario abundante para colocar palabras diversas en el lugar adecuado y lograr armonía de sonidos.
Canaliza las emociones: Como en cualquier género, la música es una canal de expresión emocional y compartir el ánimo a través de una canción podría significar una canalización saludable.
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Fortalece la memoria: No es nada fácil memorizar un estribillo de rap. Es rápido y une muchas palabras, por lo que resulta un buen ejercicio para la memoria.