En el pasado, Venus pudo haber mantenido temperaturas estables y alojado agua durante miles de millones de años, sin embargo, un fenómeno causado por Júpiter desencadenó temperaturas infernales y un ambiente poco amigable para la vida humana.
Una nueva investigación publicada en la revista Planetary Science Journal compara cinco simulaciones climáticas del pasado de Venus y cada escenario sugirió que el planeta podría soportar agua líquida y un clima templado en su superficie durante al menos tres mil millones de años.
Las temperaturas podrían haber registrado un máximo de 50 grados Celsius y un mínimo de 20 grados Celsius, pero entre 700 y 750 millones de años atrás, el gigante gaseoso alteró la órbita del segundo planeta del sistema solar.
Los expertos señalan que al principio de la formación del sistema, Júpiter se acercó al Sol, y luego se alejó, provocando que la alteración de Venus de manera definitiva.
Y es que aunque actualmente la órbita de Venus es la más circular de cualquier planeta, cuando Júpiter estuvo más cerca del Sol hace unos mil millones de años, Venus probablemente tenía una órbita mucho más elíptica, lo que le habría dotado, con una probabilidad mucho mayor de albergar vida.
“La nueva órbita de Venus -provocada por la influencia de Jupiter- colocó al planeta más cerca y durante más tiempo del Sol, hasta convertirlo en el infierno asfixiante que es hoy, e incompatible para la vida. Y, posiblemente, perdiendo el agua que habría poseído”, precisó la investigación.
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