La milpa es un sistema de cultivo milenario que se mantiene vivo en las prácticas agrícolas del campo tlaxcalteca y se caracteriza por inscribirse en términos del policultivo, es decir, que integra una diversidad de plantas que forman parte de la culinaria mexicana nutritiva, sostenible y con miras a preservar el patrimonio cultural.
La antropóloga Laura Collin, especialista en milpa desde las ciencias sociales y residente en Tlaxcala desde hace más de 15 años, subraya la relevancia de este sistema agrícola ancestral. “Actualmente consumimos, en promedio, alrededor de 20 productos, pero la dieta de la milpa integra más de 220 productos que se pierden cuando dejan de consumirse”.
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La proliferación de la comida rápida y la pérdida de recetas tradicionales amenazan la permanencia de este valioso legado, pues la milpa no sólo se centra en el maíz, sino que da cabida a una enorme variedad de alimentos, algunos muy conocidos y otros casi olvidados.
Se estima que alrededor de 220 productos son dependientes de este sistema de cultivo; en ellos se incluyen granos, quelites, verduras, flores e incluso insectos comestibles. Estos alimentos, que suelen ser de temporada, ofrecen una riqueza nutricional inigualable, al tiempo que refuerzan la identidad cultural del país.
Entre las plantas más comunes en la milpa se encuentran el frijol y la calabaza, que junto con el maíz conforman la llamada triada mesoamericana, considerada la base de la alimentación prehispánica. Además, la milpa produce una serie de hierbas silvestres comestibles, como los quintoniles, malvas y verdolagas, que aportan nutrientes esenciales y son parte de la tradición culinaria campesina. Incluso el huitlacoche, un hongo que crece en las mazorcas de maíz, es un manjar de la cocina mexicana con alto contenido nutricional.
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NIVEL NUTRICIONAL
Además de su diversidad, la dieta de la milpa ofrece una serie de beneficios nutricionales que la convierten en una opción saludable para todas las edades. Al ser una fuente rica en proteínas vegetales, fibra y antioxidantes, contribuye a la prevención de enfermedades cardiovasculares y ayuda a mantener un balance adecuado en la dieta.
De hecho, la Secretaría de Salud recomienda diseñar menús basados en la milpa debido a su aporte mínimo de grasas y su equilibrio nutricional. Algunas recetas tlaxcaltecas que están basadas en él son el tesmole, el chilpoposo y la sopa azteca.
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NIVEL CULTURAL
Los conocimientos transmitidos a lo largo de generaciones sobre el clima, las estaciones del año y las interacciones entre plantas han permitido la supervivencia de la milpa como un sistema de cultivo autosustentable y eficiente.
Estos saberes, además, han inspirado modelos agrícolas en distintas partes del mundo. Sin embargo, la milpa enfrenta amenazas significativas como la introducción de la comida rápida, la agricultura industrial y la pérdida de recetas tradicionales, con lo que han reducido la diversidad de alimentos en la hora de la comida mexicana.
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NIVEL ECOLÓGICO
A diferencia de los monocultivos, la milpa preserva la fertilidad del suelo, evita la erosión y reduce la necesidad de insumos externos. Este sistema agrícola ofrece un camino hacia una alimentación respetuosa con el medioambiente, pues nació y se mantiene como una forma de autoconsumo familiar para todo el año.
- La palabra milpa proviene del náhuatl milpan de milli “parcela sembrada” y pan “encima de”.