A lo largo de la historia, el consumo de espárrago ha estado envuelto en muchas creencias por todas sus propiedades. Este vegetal, originario del Mediterráneo, es rico en nutrientes, fibra, vitaminas y antioxidantes que funcionan como diurético natural y estimulante sexual.
De acuerdo con la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, su origen se remota desde hace más de seis mil años, y gracias a sus propiedades medicinales, era utilizado por egipcios y romanos, en la realización de ofrendas para sus respectivos dioses.
Más adelante, durante el Renacimiento, le atribuyeron propiedades afrodisíacas, lo que provocó que su consumo fuera prohibido en todos los conventos de esa época. Para el siglo XVIII, tiempos de la Ilustración, se convirtió en uno de los alimentos más populares entre la burguesía.
Con el paso del tiempo, el cultivo de espárrago se extendió por toda Europa, África y Asia, hasta llegar al continente americano.
El espárrago no era un alimento muy popular en nuestro país, por ello, fue hasta los años 80 que se promovió su producción en tierras nacionales, dando inicio al cultivo y una gran cosecha de espárrago.
Actualmente México es el tercer productor a nivel mundial de este vegetal con una producción que supera las 245 mil toneladas.
No obstante, aunque somos uno de los principales productores y exportadores, no consumimos muchos espárragos debido al desconocimiento de sus beneficiosas propiedades, lo que provoca que gran parte de la producción sea exportada y lo poco que se queda en el país tenga un precio elevado. Es por ello que este vegetal es considerado un alimento exclusivo.
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