Como cada 30 de julio, hoy se celebra el Día Mundial del Bordado, una fecha dedicada a reconocer y apreciar esta antigua forma de arte que combina creatividad, tradición y destreza.
Si bien hoy día cuenta con una gran variedad de técnicas a las que cualquier persona puede acceder, el bordado nació en la civilización egipcia como un símbolo para distinguir rangos. De hecho, fue utilizado por la clase alta en sus vestimentas principalmente como adornos en sus túnicas.
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Desde sus orígenes hace miles de años, el bordado ha evolucionado en diversas culturas, manteniéndose como una práctica significativa de los cuidados y la moda.
En Tlaxcala, es una tradición que ha sido transmitida de generación en generación, donde los colores y la complejidad de sus diseños a menudo están inspirados en la naturaleza y elementos prehispánicos. En esta fiesta mundial destacamos los bordados típicos de Tlaxcala, un estado de rica herencia textil.
HUAMANTLA
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El municipio de Huamantla es famoso por sus tapetes de aserrín y por sus bordados, que suelen presentar motivos florales y animales. Los artesanos locales utilizan hilos de colores fuertes para crear piezas detalladas que adornan vestimentas y artículos del hogar.
Sin embargo, el gran legado de bordado en Huamantla es el que hacen hombres y mujeres cada año en el Museo y Taller Casa Carito.
Con dedal y aguja en mano, decenas de bordadores conservan la tradición anual de confeccionar los vestidos de la Virgen de la Caridad, venerada en Huamantla desde hace más de tres siglos. El amor hacia la santa patrona es su mayor fuente de inspiración y la fe, su más valiosa recompensa.
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Al estilo del bordado sevillano con hilo de oro, se ha confeccionado por más de 60 años el traje que lucirá en la tradicional “Noche que nadie duerme”.
Acompañadas de un abundante grupo de bordadoras, las hermanas Hernández continúan dándole vida al Museo y Taller Casa Carito, ubicado en la calle Allende de Huamantla, donde cada día dedican cerca de cuatro horas para trabajar sobre la tela entre los meses de mayo y agosto, por lo que esta celebración les queda perfecta.
CONTLA DE JUAN CUAMATZI
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Contla es conocida por sus sarapes y jorongos, tejidos y bordados con intrincados patrones geométricos y florales. Estos bordados son a menudo elaborados en lana, lo que les confiere una textura de alta calidad. Los diseños también suelen incluir símbolos que representan elementos de la cosmovisión indígena.
Se sabe que cuando llegaron los españoles y los frailes franciscanos a Tlaxcala, estos se instauraron en la región Contla-Santa Ana, dedicada al obraje textil, por lo que la iconografía que se aprecia en el textil es un reflejo de la arquitectura que llegaron a implementar no solo en Tlaxcala, sino en todo el territorio que hoy comprende México.
IXTENCO
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En San Juan Ixtenco, los bordados otomíes destacan por sus figuras de animales y plantas estilizadas, que se bordan con hilos de colores brillantes sobre telas de algodón. Este estilo de bordado es especialmente apreciado por su belleza y por la destreza requerida para su creación.
El Congreso local declaró patrimonio cultural inmaterial al bordado de pepenado que hacen las mujeres de Ixtenco debido a que “La artesanía observa particularidades únicas en la entidad y con el traje tradicional, las mujeres de esta localidad han ganado concursos nacionales y estatales, el cual es portado en las festividades tradicionales del municipio, así como uniforme de gala en las dos escuelas bilingües que existen en el municipio”.
El bordado de pepenado se desarrolló después de la Conquista, aunque tiene sus orígenes prehispánicos en la puntada que ahora se llama aplastada o satín.
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El Día Mundial del Bordado es una oportunidad para reconocer y celebrar a los artesanos que mantienen viva esta tradición. Es un día para apreciar la paciencia, el talento y la creatividad que cada pieza bordada representa.
En Tlaxcala, así como en otras partes del mundo, el bordado sigue siendo una expresión vital de identidad cultural y una forma de arte que une a las personas a través de generaciones.