La mente de Jesús Rivera Manoatl se activa cada vez que suena su equipo de telefonía celular. Esto pasa cualquier día del año, pero incrementa cuando las hembras entran en celo, es decir; una vez cada ocho meses.
Nueve semanas después del embarazo, las madres crían a sus cachorros en horas. Es cuando las emergencias de búsqueda y rescate se registran en mensajes de texto, WhatsApp y Facebook.
Entonces, para él salvar la vida de los animales se volvió su nueva responsabilidad. Así que, está condicionado por exceso de cariño que comenzó a vivir hace cuatro años, al rescatar de la calle a Gala.
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Entonces, su vida cambió y aunque para muchos es una actividad poco valorada, para él es lo más importante; ha rescatado unos 400 perros en situación de calle, enfermos y maltratados.
Y tiene un gran corazón para cada mascota que rescata y mantiene en el albergue temporal llamado Orejitas de Gala ubicado en la entrada del municipio de Cuaxomulco.
La misión de este joven de 24 años es darles casa temporal de calidad a los animales y luego, buscarles una adopción, para ello creo una Fundación.
Ya que pasa muchas horas con ellos, a todos los bautiza con un hombre, en total 109. Es Milka la más escandalosa pues le dan nervios las cámaras fotográficas y se resiste hasta que Jesús la controla.
Eso sí, una vez que la alimenta, le agradece moviendo y lamiendo su ropa. Todo esto es felicidad para él, aunque de pronto sufre de verse rebasado de tanto abandono y cuando uno de los caninos llega enfermo y mueren en sus brazos.
Otras veces, vive preocupado de pensar qué les dará de comer a sus inquilinos, aunque su albergue recibe donaciones de particulares de otras entidades del país.
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HISTORIA DE GALA
A inicios del 2017, Jesús tuvo su primera experiencia de lo que sería la actividad a la que hoy dedica las 24 horas del día. Rescató a Gala, una cachorra de tres meses de nacida; estaba llena de sarna y pulgas a punto de morir.
Tuve compasión por la osita y decidí adoptarla, pero como me iban a operar de un ojo, la dejé varios días en casa, ella me esperó todo el tiempo, expresó. Entonces, dijo que alternaba estudios de nivel bachillerato con un empleo informal, para satisfacer sus necesidades básicas.
Sin embargo, cuando ya tenía cinco docenas de perros y la estancia canina comenzó a crecer, tuvo que dedicarle todo el tiempo al rescate, curación y alimentación de los considerados mejores amigos del hombre.
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Así que, ha recorrido varios municipios de Tlaxcala y de otras entidades para rescatarlo animales. Los dueños, después de aprovechar la etapa de jugueteo de cada cachorro, los maltratan y abandonan.
De hecho, en el refugio para perros más grande de Tlaxcala, recibe a las hembras atropelladas, preñadas, golpeadas y enfermas, pero en cuestión de semanas les recupera su salud, las vacuna y esteriliza, listas para adopción con protocolos.
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DUEÑOS IRRESPONSABLES
Desde 1994, la Organización Panamericana de la Salud cambió el título de perro callejero a “perro de dueño irresponsable”.
Lo anterior, porque la gran mayoría de los callejeros llegaban a la vía pública, porque los dueños ya no los querían en sus casas porque dejaban de ser graciosos. En realidad, la verdadera causa del abandono se debe a que no les alcanza para alimentarlos.
Así, para los tres niveles de Gobierno, la sobrepoblación canina se considera una prioridad de salud pública, por lo que se atienden a través de los módulos caninos estatales.
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LLORAN Y RECUERDAN AL BRONCO
En 2020 durante la pandemia del coronavirus también se registraron muertes de perros, pero no de esta enfermedad.
Gela y Lalo todavía recuerdan que a finales del año se murió el Bronco. La mascota de esa familia era un adulto de 12 años de la raza schnauzer.
Lo teníamos bien procurado en casa, pero tuvimos que salir por una emergencia de una enfermedad de un familiar... mi cuñada lo cuidaba, pensamos que no resistió a la soledad… se murió mi amigo Bronco, lo tuvimos que incinerar, expresó Gela visiblemente afectada.
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EL REFUGIO
El Albergue Orejitas Gala está instalado en unos mil metros cuadrados cerca del panteón municipal de Cuaxomulco.
Se trata de una propiedad de doña María de Jesús Castillo quien se suma a este trabajo altruista.
La señora ayuda al necesitado y más si es que se trata de los perritos, tiene un corazón más grande que el mío, la quiero mucho y trato de no hacerla enojar, refirió a este Diario.
Durante la visita del equipo de trabajo de este Diario, tuvo lugar el rescate de tres cachorros en días de nacidos, luego mostro las áreas que integran el albergue.
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Espacios para adultos de hasta ocho años, dormitorios, estancia infantil y área de comedor con fondo musical.
En este lugar, el objetivo es adoptar un cachorro, no hacer comercio con ellos. Así que cada mes se registran entre 20 y 30 adopciones.
Es una labor de mucho sacrificio, de plano te olvidas de tu familia y de los amigos, ellos son tu familia, hay mucho trabajo qué hacer… para obtener fondos vendo plantas y coordino rifas de articulos para reunir fondos a través de la Fundación Orejitas de Gala, refirió.
Dijo que una vez trasladada la mascota al refugio la alimenta y desparasita, previo chequeo médico veterinario.
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LEGISLAR EN LA MATERIA
Jesús Rivera consideró que es necesario que el Congreso local impulse una Ley para proteger a los animales, pues hay quienes los lesionan hasta causarles la muerte.
Dijo que, si bien algunas familias ven a los cachorros como ‘perrhijos’, en la mayoría son maltratados sin que ninguna autoridad intervenga.
Reveló que los mamíferos de distintas razas y edades que ahí viven, se comen tres bultos de 25 kilos de croquetas, alrededor de mil pesos diarios.
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CONTRUBUYE
Por ello, solicitó a la población la donación en especie como croquetas, arroz y medicamentos, para alimentar a sus inquilinos, o bien, mediante transferencias bancarias, llamar al número telefónico: 246 309 2255.
Gala, ahora de tres años, corre alrededor de su amo pues sigue agradecida de haber sido rescatada; él confiesa que ella no está en adopción.
Quiero recibirme como médico veterinario, instalar una clínica y ofrecer servicio gratuito para salvar a los perritos de la calle, ese es mi gran reto
Jesús Rivera, responsable del albergue.
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