Seguramente habrás escuchado “no me vayas a salir con tu domingo siete” como amenaza de los padres ante el temor de que una hija quede embarazada; sin embargo, la expresión “domingo siete” tiene su origen en el medievo y poco tiene que ver con la llegada inesperada de un bebé.
EL ORIGEN
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Aunque la expresión ya era conocida en la tradición oral de occidente en el siglo XV, fueron los hermanos Grimm quienes la popularizaron más tarde en uno de sus cuentos.
La historia narra las peripecias de dos personajes, uno que era bueno y su malvado antagónico. El primero solía enfrentar cada adversidad con valentía y honestidad, mientras que el segundo casi siempre sacaba ventaja y actuaba con egoísmo; al final, el primero era premiado y el otro castigado.
Con el pasar de los años, la historia evolucionó y cambió de nombres, pero, por distintas que sean las versiones del relato, siempre hay una canción que acompaña la moraleja y es cantada por seres mágicos como hadas, brujas o duendes:
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“Lunes y martes y miércoles, tres”, que el hombre de corazón honrado completa desde su escondite en el mítico bosque con: “Jueves y viernes y sábado seis”, entonces, los seres, llenos de júbilo, recompensan al hombre con regalos por haber acabado el tema.
La entonada escandalosa viene cuando el hombre malo menciona “domingo 7”. Entonces los seres, en lugar de premiarlo, le dan tremenda golpiza que lo dejan sin ganas de volver a cantar en toda su vida, pues el domingo es el día de Dios y no se debe pronunciar.
La moraleja es: la sinceridad será siempre premiada, mientras que la imprudencia del “domingo siete”, recibirá su castigo.
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HOY DOMINGO SIETE
Cuando hoy día se habla de un “domingo siete”, no necesariamente se hace referencia a la historia de los Gimm, pero el origen sí está ligado a su moraleja porque los padres, además de promover valores en torno a la honradez, suelen expresar su desconfianza y temor con un constante: “No me vayas a salir con tu domingo siete”.
Ya que “sobre advertencia no hay engaño”, los mayores prefieren dejar bien claro que habrá problemas si ocurre un embarazo inoportuno.
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Aunque esa es su principal acepción, la fórmula también suele emplearse para cualquier situación no deseada en la que se arruinen los planes como dejar la escuela o un trabajo ideal.
Diariamente uno se encuentra con más de un “domingo siete”, ya sea nuestro o de alguien más. Pero con la denominación y bajo los efectos que se use, es preferible ahorrarse la pena de hacer lo que el personaje que recibió la paliza.