Cada 5 de agosto, la comunidad católica alrededor del mundo celebra la festividad de la Virgen de las Nieves, una antigua advocación mariana que se remonta al siglo IV y que está muy extendida en Italia, España, Hispanoamérica y Portugal.
A pesar de que actualmente ya no está en función, el convento dedicado a Nuestra Señora de Santa María de las Nieves dejó un importante legado para Tlaxcala, así como para el actual territorio mexicano, debido a que en ese sitio se concentraron las familias evangelizadoras que poblaron parte de él.
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LA HISTORIA
La historia de la Virgen de las Nieves se remonta al año 352, cuando una pareja noble romana que no podía concebir hijos rogó a Dios que los bendijera con un bebé a quien amar y heredar sus posesiones, pero para su infortunio parecía que no los escuchaba.
Pasado el tiempo, tomaron una decisión: nombrar a la Virgen María como “heredera” y donar sus riquezas para que se extendiera su culto, de forma que le pidieron les mostrara cómo destinar su riqueza en su honor.
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La Virgen respondió a su súplica apareciéndose en un sueño y pidiéndoles construir una iglesia en su nombre en el lugar donde encontrarían nieve al día siguiente, en pleno verano. Al amanecer del 5 de agosto, una nevada cubrió el monte Esquilino en Roma, y ahí se construyó la Basílica de Santa María la Mayor, una de las más importantes de la cristiandad.
Argentina, España, Francia, México, Perú, Colombia y Venezuela son algunos de los países en los que la Virgen de las Nieves es venerada y ejerce incontables patronazgos. No obstante, no en todos lados se mantienen vigentes sus templos, como en el caso del que está ubicado en Tlaxcala.
NUESTRA SEÑORA DE LAS NIEVES EN TLAXCALA
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Aún quedan en pie la torre exenta y una pequeña cúpula de lo que fue el convento de Nuestra Señora de Santa María de las Nieves, ubicado en Totolac, en Tlaxcala.
Para su construcción, que tuvo su época de mayor esplendor entre 1569 y 1585, indígenas emplearon técnicas prehispánicas y materiales como piedra volcánica, caliza, xalnene y elementos pétreos de reúso.
Uno de los pasajes históricos que más identidad le da a Tlaxcala es el de la salida de las 400 familias, un evento ideado para poblar y evangelizar el norte del país luego de la conquista española y, de acuerdo con las crónicas, estas familias se reunieron en el convento dedicado a la Virgen de las Nieves. De hecho, el camino marca que salían de ahí, se iban rumbo a San Martín y de ahí subían y daban la vuelta al Popocatépetl.
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Al estar asentado en las inmediaciones de los ríos Totolac y Zahuapan, el inmueble del convento sufrió constantes inundaciones alrededor del año 1596 que obligaron a la comunidad del actual poblado de San Juan Totolac a trasladarse a la periferia del cerro Metecatzin.
Entre 1790 y 1806, la conclusión de la iglesia nueva de Totolac provoca el abandono definitivo del convento, pues las inundaciones continuaron hasta convertir a la edificación en los vestigios que conocemos en la actualidad.
Aun así, el nombre de esta advocación mariana resuena como una de las primeras que fueron honradas en territorio tlaxcalteca, por lo que este día de celebración religiosa queda y resuena en la memoria.