Las cucarachas están presentes en todos lados, desde el hogar hasta las grandes empresas. Este insecto logró adaptarse a todo tipo de climas y espacios geográficos. Ahora, un estudio reciente reveló cómo los seres humanos contribuyeron a que esta plaga se extendiera por todo el mundo.
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Está comprobado que la cucaracha alemana, que es la especie más común, habita en todas partes del mundo, excepto en la Antártida. Y para darnos una idea de lo que representa esta invasión, consideremos que hasta cuatro mil especies diferentes de cucarachas pueden habitar una casa, por muy limpia que esté. Además, por cada cucaracha que sea visible, hay un promedio de 100 más escondidas.
¿Cómo fue que llegaron a ocupar tanto territorio?
El trabajo publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences consideró los marcadores genómicos de 281 cucarachas de 17 países de seis continentes distintos para medir el parentesco entre estos animales.
Todo parece indicar que la especie evolucionó a partir de la cucaracha asiática hace unos 2 mil 100 años, en lo que hoy es territorio de India y Myanmar. Desde allí, abandonó la naturaleza por una vida en conexión con los humanos.
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Las cucarachas alemanas lograron llegar a Medio Oriente hace unos mil 200 años, impulsadas por el aumento del comercio y los movimientos militares. Su segundo salto geográfico fue aproximadamente hace unos 400 años, cuando las actividades coloniales se aceleraron y el insecto conquistó a Europa y, en consecuencia, el resto del mundo.
¿Fuimos los seres humanos quienes favorecimos esta propagación?
Los resultados del estudio muestran que sí. La calefacción, por ejemplo, fue una de las razones por las que este insecto se sintió cómodo cerca de la especie humana.
La cucaracha alemana, por otra parte, ha desarrollado un comportamiento cooperativo para buscar alimento. Según el biólogo Tang, mientras otras especies luchan para encontrar comida en hogares más limpios, la especie germánica deja rastros para que su colonia acceda al sustento. Este comportamiento las hace especialmente eficientes en entornos donde la comida es escasa.
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Una característica clave que distingue a estas cucarachas es su rápida evolución en resistencia a los insecticidas. Esta adaptabilidad les permite sobrevivir a los intentos de eliminación que serían efectivos contra otras especies de cucarachas. En lugar de ser fácilmente erradicadas, las cucarachas alemanas continúan prosperando, adaptándose continuamente a los desafíos ambientales y a los esfuerzos humanos por mantener los hogares limpios.
La capacidad del insecto para adaptarse y sobrevivir en condiciones adversas la convierte en una de las especies de cucarachas más difíciles de manejar. A pesar de los avances en higiene y control de plagas, su naturaleza cooperativa y su resistencia a los insecticidas aseguran que sigan siendo un problema persistente en muchos hogares.
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Lo anterior se suma a la alta tasa reproductiva que tienen. Cada huevo de cucaracha puede contener un número mayor o menor de ninfas o embriones. Esto quiere decir que de cada depósito de huevos pueden nacer hasta un centenar de cucarachas.
La próxima vez que te encuentres con una cucaracha en tu cocina, podrías estar observando un pequeño pero increíble ejemplo de evolución. Estas criaturas nos recuerdan que, incluso en nuestros espacios más modernos, la naturaleza siempre encuentra una manera de adaptarse y sobrevivir.
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Por lo desagradables que son para algunas personas, se suman cada vez más esfuerzos para eliminar esta plaga. Sin embargo, la mejor forma de erradicarla es con la prevención.
Revisa posibles y fugas de agua en grifos y conducciones.
Mantén la casa limpia y ordenada.
Guardar los alimentos en recipientes cerrados.
Almacena los desperdicios diarios en recipientes herméticos.
Revisa la compra de productos que han estado almacenados en grandes superficies.
Tapa grietas y agujeros en paredes y suelos.
Revisa fuentes de calor como calefacción, calentadores de agua, cocina.