El futbol es el deporte con más jugadores del mundo. Millones de deportistas miran todos los días al balón rodando por la cancha, pero pocos son los que entrenan para escucharlo.
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La Liga Mexicana Fútbol Ciegos opera bajo esa idea y Tlaxcala ya tiene su orgulloso equipo representante.
El Club Toros de Tlaxcala nació por iniciativa del preparador físico Manuel López Vázquez, quien además funge como representante y dueño, ya que no tienen ningún tipo de subsidio gubernamental o privado.
El entrenamiento
En entrevista para este medio, Manuel expresa que están celebrando un año de su fundación y de una larga búsqueda de jugadores que quisieran atreverse a entrar al equipo porque es un entrenamiento muy duro:
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Todos los días hay accidentes: se pegan, se dan cabezazos… y son las cosas de la vida. Aunque esa no es una limitante para los atletas, como dicen ellos: “Una sacudida y para adelante”.
El balón sonoro que usan es una adaptación que permite a las personas con discapacidad visual orientarse en espacios abiertos con cascabeles internos que facilitan su ubicación y trayectoria. Además, la voz de los integrantes en distintas posiciones facilita la percepción del espacio. Por esa razón, los espectadores deben estar siempre en silencio.
El Club está conformado por siete jugadores invidentes y dos porteros videntes que van de los 15 a los 60 años:
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La regla es Fut 5: Cuatro jugadores en cancha completamente ciegos con parches oculares o antifaz y un portero que es vidente, explica Manuel.
Es la primera vez que en Tlaxcala hay un equipo de este tipo y ya se está perfilando para competir en la Liga de Ciegos y Débiles Visuales de México. El propósito del entrenador es posicionarlos entre los mejores cinco del país y su debut fue muestra de ello: con solo cinco meses de entrenamiento, los Toros de Tlaxcala ya habían ganado a un equipo del grupo Pachuca.
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Podemos decirles que se van a sentir orgullosos. Este equipo tiene ganas de triunfar, pero sobre todo tiene ganas de demostrar (…) Queremos darles esta moraleja a los jóvenes «Cuando sientan miedo, arremetan feroz», vigoriza Manuel.
Los jugadores
A parte de ser futbolistas, los miembros destacan en sus diversas profesiones. Hay músicos, abogados, estudiantes, docentes y demás.
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Benjamín Gutiérrez, por ejemplo, es músico de profesión. Se graduó de la Escuela Música del Estado de Tlaxcala (EMET) y es miembro fundador del Club Toros.
A nosotros nos gusta hacer deporte y es muy difícil encontrar un equipo que nos acepte por la condición que tenemos. Afortunadamente, contamos con el apoyo de los compañeros que nos invitaron a formar parte del equipo y aquí estamos”, comparte para los lectores de este Diario. “Yo creo que no hay ninguna discapacidad que nos limite, la discapacidad muchas veces la tenemos en la mente (…) nosotros estamos capacitados para hacer cualquier actividad, agrega.
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Por su parte, Armando Zarate trabaja oficialmente en la Secretaría de Educación Pública como profesor de educación especial.
El futbol siempre me ha gustado y por la discapacidad me cambió mi rutina y regresar después de 25 años es muy pesado, pero es muy bonito porque es una pasión (...) Hoy en día, para mí el futbol es ver con los pies, señala.
En esa misma línea, Rigoberto Paredes reflexiona que “El límite es el cielo y tienes que predicar con el ejemplo”.
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Rigoberto veía hasta los 52 años, pero luego de una intervención quirúrgica perdió el sentido. Pensé que jamás iba a volver a pisar una cancha (…) pero es muy gratificante el esfuerzo que hacen mis compañeros para venir a entrenar, finaliza.
Al ser un equipo independiente, Toros Tlaxcala exhorta a la comunidad a hacer donaciones para costear el equipo deportivo que requieren y también a unirse a la plantilla que entrena los fines de semana en Ocotlán. El contacto directo es su usuario de Facebook “Club Toros Tlaxcala Futbol de Ciegos y Débiles Visuales”.
Actualmente, la mayoría de los integrantes pertenecen a la zona centro de Tlaxcala, pero la invitación está abierta para jugadores de todo el estado que deseen volver a correr al sonoro rugir del futbol.
