¿Te agobia una pena? La Semana Santa es una oportunidad para aliviar las penas que generan los pecados cometidos, una manera de conseguir ese bienestar es mediante la indulgencia plenaria. Pero ¿qué es una indulgencia plenaria? y ¿cómo ganarla? Aquí te lo contamos.
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Una definición establecida en el catecismo de la Iglesia Católica precisa que la indulgencia y plenaria es una remisión ante Dios de una pena temporal por los pecados ya perdonados, el fiel dispuesto debe cumplir determinadas condiciones por mediación de la iglesia para lograr la redención.
Existen dos tipos de indulgencia: plenaria y parcial, la primera quita todas las penas temporales, la segunda solo quita algunas y dependen del pecado.
De acuerdo con la Diócesis de Tlaxcala, las indulgencias plenarias se pueden ganar en Semana Santa y son una oportunidad para estar más cerca del cielo, se consiguen para la misma persona o el alma de un difunto, pues ayuda a reducir el tiempo en el purgatorio o que al morir vayan directamente al cielo.
En las celebraciones de Jueves Santo, durante la misa de la cena de Jesús, la indulgencia se obtiene recitando o entonando el himno eucarístico “Tantum ergo” (Adorad postrados) en el momento de la reserva del sacramento. Otra forma es visitar durante 30 minutos o más el Santísimo Sacramento.
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En la celebración de Viernes Santo el penitente debe asistir con piedad y devoción a la adoración de la cruz en la solemne celebración de la Pasión del Señor. Además, esta gracia puede alcanzarla durante su participación en el Vía Crucis.
Para el Sábado Santo, día en que se conmemora la Resurrección del Señor, la indulgencia se obtiene mediante el rezo del Santo Rosario junto a dos o más personas. Una opción más es asistir a la Vigilia Pascual durante la noche y renovar las promesas del bautismo.
Finalmente, en todos los casos la persona debe cumplir con el rechazo profundo de todo afecto hacia cualquier pecado, cumplir con la confesión sacramental, comulgar y rezar por las intenciones del Papa Francisco.