La petición religiosa de los agricultores dice “San Isidro Labrador, quita el agua y pon el sol”, debido a que este santo está asociado con las buenas cosechas desde el siglo XVI. Además, su onomástico coincide con la temporada del año en la que empieza el buen tiempo para la agricultura, el 15 de mayo.
La leyenda dice que Isidro fue un hombre piadoso que rezaba a Dios antes de empezar sus tareas campesinas, por lo que fue premiado con un milagro en la tierra. A partir de entonces, se le reza para tener un buen clima, frutos abundantes y altas ventas de los productores.
LA HISTORIA
Isidro de Merlo y Quintana nació en la ciudad española de Madrid. De familia campesina y devota al trabajo, se inició como peón de campo a la edad de 10 años en la finca de un agricultor de nombre Juan de Vargas. Con él pasó muchos años de su vida labrando las tierras, cultivando y cosechando.
Debido a la fe que aprendió en su hogar, Isidro tenía una rutina basada en la palabra de Dios. Se levantaba de madrugada, asistía a misa y luego partía hacia las tierras, lo que provocó una serie de ataques hacia su persona.
Sus compañeros lo acusaron ante el patrón por su impuntualidad y abandono de trabajo, hecho que comprobó el señor Vargas: el joven llegaba una hora más tarde que los otros, sin embargo, mientras Isidro oía misa, sus bueyes continuaban su camino como si el campesino los estuviera dirigiendo.
Durante ese tiempo, los musulmanes se apoderaron de Madrid y los creyentes católicos tuvieron que huir. Isidro, que fue uno de los inmigrantes, sufrió por un buen tiempo de desempleo. No obstante, recordó las palabras del Todopoderoso "Yo nunca te abandonaré", así que confió y fue ayudado por Dios con un nuevo trabajo.
Sus ganancias como jornalero las distribuía en tres partes: una para el templo, otra para los pobres y otra para su familia. Su generosidad con las personas se recuerda con una historia en la que fue invitado a un gran almuerzo y él, a su vez, llevó a varios mendigos a que almorzaran también. El anfitrión, molesto porque llegaron más personas de las que esperaba, exigió a Isidro repartir su ración entre los mendigos. La comida alcanzó para todos y sobró.
En cuanto a su tiempo, Isidro lo dedicaba a rezar en el templo y escuchar la Palabra de Dios. Otro buen rato con visitas a enfermos y por la tarde salía a pasear por los campos con su esposa e hijo.
Ese tiempo invertido fuera del trabajo provocó el enojo de sus nuevos compañeros, quienes lo imputaron de perezoso con el dueño del terreno. Este les pusocomo tarea a cada obrero cultivar una parcela de tierra para que todos trabajaran por igual. La de Isidro produjo el doble que las de los demás, milagro divino que le recompensaba su piedad y su generosidad.
Isidro de Merlo y Quintana murió en el año 1130 y años después fue exhumado, que es cuando le fue atribuido el primer milagro: su cuerpo estaba intacto, como si recién hubiera fallecido.
Poco después el rey Felipe III enfermó gravemente y no fue hasta que sacaron los restos del campesino que las dolencias del soberano se esfumaron. Por esta causa el rey intercedió ante el Sumo Pontífice para que declarara santo al humilde labrador; por este y otros muchos milagros, el Papa lo canonizó en el año 1622 junto con Santa Teresa, San Ignacio, San Francisco Javier y San Felipe Neri.
SAN ISIDRO LABRADOR, PATRONO DE LOS AGRICULTORES
Con procesiones y homilías, los campesinos católicos festejan anualmente a San Isidro Labrador para agradecer su intercesión y pedirle las mejores condiciones para que la tierra produzca abundantes cultivos durante la temporada.
Con gran devoción, los agricultores se concentran en caminatas por las calles con sus tractores o yuntas para ser bendecidos, así como con la imagen del santo debidamente adornada, con dirección a la iglesia para participar de la eucaristía.
En Tlaxcala, la fiesta más importante se desarrolla en la comunidad de San Isidro Buensuceso, municipio de San Pablo del Monte, donde hay novenario de misas y otros festejos para honrarlo.