Un profundo misticismo rodea a la imagen del Padre Jesús del Convento, tan venerada en Santa Ana Chiautempan, desde su misteriosa llegada allá por el año 1566, según cuenta una de las leyendas sobre su arribo al poblado.
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La creencia popular dice que a diferencia del rostro ligeramente rosado que tiene la imagen en otras fechas del año, es precisamente en los días de Semana Santa cuando el semblante del santo varón tiende a ser más demacrado, de profundo sentimiento y gran pesar.
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Al respecto, Jesús Cortés Ilhuicatzi, cronista del municipio textilero, comentó a este diario que es precisamente en estos días de reflexión para la religión católica, cuando la sagrada efigie presenta estos cambios de tono en su rostro; “el misticismo que rodea al Padre Jesús del Convento es un tema muy profundo, es un tema de creencias, devoción y fe”.
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En cualquier día del año, podemos visitarlo en su capilla que data de 1899 y tomarle una foto al rostro de la imagen y nos daremos cuenta que el color del semblante es muy diferente al que tiene en Semana Santa. Es precisamente en el Jueves Santo cuando comienza a tener un color pálido, de agonía, de profundo sentimiento y se ven reflejados en la tez de la imagen; también ese día la efigie sale del Convento para la procesión de la aprehensión, explicó el historiador.
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Por último, el historiador hizo una invitación al público en general para que pueda constatar estos cambios de facciones que tiene Padre Jesús del Convento, ya que en estos días de recogimiento espiritual, el rostro de la divina figura tiene un tono entre grisáceo verdoso pero que nos acerca más al temple de una persona en sufrimiento, en dolor a diferencia de cualquier otro momento del año que lo vemos más tranquilo, su faz es más pálida pero no tiene ese semblante demacrado que se aprecia durante la Semana Santa.