Uno de los platillos típicos mexicanos que se consume a diario son los tamales y los podemos encontrar todas las mañanas en cualquier esquina. El principal ingrediente con el que está elaborado es el maíz nixtamalizado, las hojas de maíz o plátano son usadas para envolverlo y su cocción es al vapor.
El utensilio que se usa para su cocción es una vaporera y en el fondo es depositada primero una cierta cantidad de agua, después una base y sobre ella los tamales. Si alguna vez has sido testigo de la preparación de los deliciosos tamales, te habrás dado cuenta que quienes están encargados de su elaboración depositan dos o tres monedas en el fondo de la vaporera pero… ¿sabes cuál es su finalidad?
En el momento en que el agua empieza a hervir, las monedas depositadas en el fondo empezarán a moverse, haciendo un golpeteo constante que indicará a los cocineros que la olla tiene la cantidad adecuada del vital líquido para que se siga produciendo el vapor y por lo tanto, los tamales tengan un buen cocimiento.
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Si de repente, el agua empieza a disminuir, el ruido que hacen las monedas también se reducirá y es momento de entrar en acción, pues hay que agregar más agua, de no hacerlo, los tamales se quemarán.
Aunque parezca algo sumamente sencillo es de vital importancia llevarlo a cabo si queremos que nuestros tamales queden perfectamente bien cocidos.
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Colocar una cruz hecha con totomoxtle y no enojarse durante su elaboración, son también otras de las prácticas que persisten en las cocinas tlaxcaltecas. ¿Te sabes otra?
Sabías que…
En una zona cercana al volcán de Colima Patricia Colunga y Daniel Zizumbo, investigadores del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM, encontraron restos de un tamal que se encontraba envuelto en hojas anchas y fue cocinado al rescoldo, es decir, un modo de cocción antiguo en donde era necesario un fogón o una hoguera de leña.
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