En México, fumar en espacios públicos está prohibido desde el pasado 15 de enero. Esto, como parte de la nueva ley antitabaco, la cual también estipula que las cajetillas de cigarros de venta en cualquier tienda deberán estar fuera de la vista; así como la regulación de publicidad de las marcas de tabaco en todos los medios de comunicación.
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Cuáles son los espacios donde ya no se puede fumar?
La ley prohíbe fumar en patios, terrazas, balcones, área de juegos, parques de diversiones, deportivos, hoteles, playas, centros de espectáculos, canchas, estadios, arenas, plazas comerciales, mercados, hospitales, clínicas, iglesias o espacios de culto religioso, paraderos de transporte, restaurantes y bares, escuelas, lugares de trabajo y transporte público.
Los únicos espacios permitidos son restaurantes, bares u hoteles, siempre y cuando sean áreas excluidas y al menos a 10 metros de donde haya congregación de otras personas.
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¿Por qué se tomó esa medida?
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el tabaco mata a más de 8 millones de personas por año en el mundo: 7 millones, usuarios directos del tabaco y 1.2 millones quienes se exponen al humo de tabaco expirado de personas fumadoras.
La OMS asegura que las medidas adoptadas por México han funcionado en otras partes del mundo.
De acuerdo con el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés), las leyes libres de humo que prohíben fumar en lugares públicos como bares y restaurantes ayudan a mejorar la salud de los trabajadores y la población en general.
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Algunas de estas mejoras en los resultados de salud, como las reducciones en los ingresos hospitalarios por ataques cardíacos, comienzan a materializarse poco después de que las leyes entren en vigor.
Las leyes libres de humo también pueden facilitar que las personas que fuman dejen de fumar, lo que reduce el riesgo de enfermedades.
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Estas afirmaciones están sostenidas por un estudio del Instituto para la Economía Laboral de Alemania realizado de 2000 a 2008, el cual señaló que el número de hospitalizaciones después de las prohibiciones de fumar en lugares públicos bajó 2.1 por ciento la cantidad de admisiones hospitalarias por causas cardiovasculares por día, mientras que los eventos asmáticos disminuyeron 6.5 por ciento por día.
En conclusión, la nueva ley antitabaco busca proteger a los fumadores pasivos o de segunda mano, los cuales exigían (desde sus trincheras) que se respetara su derecho a no fumar. Así fue como, en nombre de la salud pública del país, se echó a andar una de las normas más ambiciosas de los últimos años.
