Pocas personas que visitan el pueblo San Andrés Ahuashuatepec, en el municipio de Tzompantepec, se han percatado que al costado oriente de la iglesia y empotrado sobre una base firme se encuentra una piedra con números grabados y un orificio al centro: se trata de un reloj de sol.
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La iglesia en honor a San Andrés data del siglo XVI al igual que su antiguo reloj de sol que fue colocado en el atrio para que los habitantes de la comunidad pudieran medir el tiempo.
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A pesar de que el lugar ha sufrido una serie de remodelaciones estructurales, el reloj es una pieza que se mantiene intacta.
Se trata de un símbolo local y un recuerdo que viaja entre generaciones, refirió María Yahutentzi, vecina oriunda de San Andrés y actual portera del templo.
Antes estaba el panteón en el atrio y luego movieron todas las lápidas, pero este reloj permanece desde nuestros antepasados. Es algo maravilloso y a nosotros como pobladores nos ha tocado cuidarlo, expresó en entrevista con este Diario.
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EL RELOJ
Esta reliquia es una piedra tallada de manera circular con divisiones transversales que asemejan a un reloj de manecillas. La diferencia con los medidores del tiempo actuales es que el antiguo cuenta con un orificio en el centro donde se inserta un objeto delgado y largo (como una ramita, un lápiz o un delicado rollo de papel), de esta forma, la sombra del objeto se proyecta en las divisiones donde están tallados los números y, dependiendo de la posición del sol, se puede saber la hora.
Doña María sostuvo que la precisión de un reloj de sol depende en gran medida del tiempo; las nubes, la estación del año y el viento pueden influir en qué tan exacta es la hora que marca.
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A veces por el aire se mueve la varita o está muy nublado y no se puede saber exactamente, pero sí nos da una idea; pero más que nada es por el recuerdo, ya no tanto para saber la hora, agregó.
Otra diferencia importante de este tipo de relojes es que la sombra avanza hacia la izquierda, pues obedece al movimiento natural del astro rey. Además, tiene ‘doble cara’, de manera que es posible ver la sombra en los números tanto de su lado anverso como del reverso.
Aunque la preocupación por el tiempo es distinta en esta época, el reloj de sol en esta comunidad se convirtió casi en un monumento, el cual puedes visitar cualquier día de la semana y, si tienes suerte, preguntarle la hora.