A lo largo y ancho del territorio tlaxcalteca existen un sinfín de construcciones antiguas, algunas de ellas edificadas en la época de la Colonia y que ahora pareciera, son mudos testigos de todos los acontecimientos que han ocurrido en el estado durante estos cinco siglos.
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Ejemplo de ello son unas construcciones que se encuentran en Tepeyanco, ubicadas a un costado de la carretera que va hacia la comunidad de Atlamaxac. Conocidas como “Los pilares”, estas construcciones se pueden apreciar desde la carretera; son dos y su forma es muy similar a las capillas posas -se les denominaba así a las cuatro construcciones cuadrangulares abovedadas que estaban ubicadas en los atrios de los monasterios coloniales-.
De acuerdo con la información proporcionada por el cronista municipal de Tepeyanco, Néstor Escobar Godos, los pilares cercaban un puente, hoy desaparecido, que era donde iniciaba el Camino Real a la ciudad de Puebla. Originalmente eran cuatro, pero solo dos se mantienen de pie, en ellos todavía se pueden distinguir algunos dibujos y colores de los mismos, como el rojo y el beige.
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Escritos antiguos relatan que en el año de 1768, don Nicolás Joh-Faustinos Mazinhcalzin y Escobar -quien fue el primer alcalde ordinario de la primera elección de Topoyanco, hoy Tepeyanco- mandó una petición al gobernador de la entonces provincia de Tlaxcala para reparar las casas reales y estas columnas, la autorización para la reparación fue concedida el 30 de mayo de ese año, pero nunca se llevó a cabo.
En la carta que Mazinhcalzin y Escobar envía al gobernador de aquella época, refiere que las columnas ya estaban construidas muchísimos años atrás y que en ese lugar era tradición que los antiguos señores tlaxcaltecas esperaran a Hernán Cortés al regreso de sus batallas.
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Otra referencia más sobre estas construcciones es que pertenecieron a una presa, gracias a la abundancia del agua en el lugar. Los pilares están rodeados de campos de cultivo, ya que en la zona es posible ver pequeñas veredas surcadas por hilos del vital líquido que provienen de distintas partes del lugar.
Antes de los años 80 's por aquí pasaba un canal que surtía agua a la población desde la laguna de Acuitlapilco. En la actualidad, en época de lluvias, es posible ver los riachuelos de agua cristalina que pasan cerca de estas centenarias construcciones de piedra, y que por lo visto, seguirán siendo mudos testigos de la historia tlaxcalteca.