Desde hace cinco años, el consumo de productos que son alternativas al consumo de productos lácteos y cárnicos se ha incrementado exponencialmente, tan solo en Estados Unidos el consumo de la leche de almendras aumentó 250%.
La “leche de almendras”, más que leche, es una «bebida» de almendras al no provenir de un animal productor, sino del árbol Pronus dulcis, cultivado en diversas partes del planeta, y en el Valle de California es donde están los centros de producción más grandes del mundo. Aproximadamente el 80% de la producción mundial es producida en este lugar.
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Todo bien hasta aquí y te preguntarás ¿qué relación tiene la producción de la bebida con la muerte de las abejas?
Pues bien, las abejas, al ser una parte fundamental de la cadena de producción –polinizan los almendros- mueren de cansancio. El año pasado murieron 50 mil millones de estos pequeños insectos alados durante el invierno. Más que al clima, su muerte se debió al uso de irresponsable de pesticidas que los agricultores usan para sus cultivos, y que éstos las debilitan hasta perder la vida.
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Aunado a lo anterior, los campos de producción nunca dejan de trabajar, haciendo que las abejas estén en actividad todo el año, alterando así su biorritmo y de paso, su salud y bienestar.
Por su parte el Almond Board of California recalcó que las causas de muerte pueden ser mucho más amplias; actualmente están colaborando con los apicultores para entender cuáles son las principales causas de exterminio: ácaros varroa, parásitos y enfermedades en general, exposición a pesticidas, falta de forraje y nutrición, diversidad genética insuficiente, entre otros.
- *Con información de National Geographic
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