Si hay un remedio natural que ha perdurado al paso de los siglos es el pan puerco, pomada que nuestras abuelas utilizaban para aliviar el empacho y que, a pesar de estar un poco en el olvido, sigue formando parte de los remedios caseros con los que contamos las familias mexicanas.
Sus orígenes se remontan a las culturas indígenas que elaboraban pastas hechas a base de raíces de plantas medicinales que utilizaban para diversas dolencias.
Luego de la Conquista, los españoles introdujeron la cría de cerdos en Mesoamérica, por lo que la manteca de estos animales se agregó a las recetas tradicionales, de ahí el nombre de pan puerco, elemento que dio a esta pomada su característica textura.
Al pan puerco se le agregaron hierbas y especias que también trajeron los hispanos, como es el caso del jengibre, la canela, el clavo y la manzanilla, lo que dio origen a un ungüento que se utiliza para una variedad de dolencias, principalmente para dolencias estomacales como el empacho, diarrea, flatulencias, estreñimiento y cólicos, sobre todo en los infantes.
También se le atribuyen propiedades antiinflamatorias, por lo que es utilizado para dolores musculares e incluso para los síntomas de la gripe, untado en el pecho.
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La manera en que nuestras abuelas hacían uso del pan puerco era con un masaje a lo largo del “espinacito”; es decir en la piel a lo largo de la columna vertebral, desde el cuello hasta la cintura.
Las antiguas boticas elaboraban su propia versión del pan puerco e incluso los empaques han ido variando al paso del tiempo, pues originalmente se conservaban en pequeñas cajitas de madera, que luego fueron de metal y en la actualidad son pequeños botes de plástico que comercializan las farmacéuticas.
Durante las décadas pasadas fue un producto de uso común en los hogares mexicanos, el cual poco a poco fue perdiendo popularidad; sin embargo todavía se comercializa aunque ya no en las cantidades de antaño.
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En la capital tlaxcalteca, el pan puerco lo podemos comprar en las tiendas naturistas que se encuentran en la calle Lira y Ortega, así como en los locales del mercado Emilio Sánchez Piedras dedicados a la venta de productos esotéricos. Además su costo es bastante accesible, pues oscila entre los 30 y 40 pesos.