Cuando vas a comer tacos te habrás dado cuenta que hay lugares que envuelven el plato con una bolsa de plástico y otros que colocan un pedazo de papel de estraza sobre la bandeja. Ecológicamente hablando, ¿cuál de los dos crees que es mejor? Es una decisión difícil. Ni se diga de los eternos segundos en la panadería cuando nos preguntan “¿Plástico o papel?” en esta última reflexión es donde vamos a ahondar.
La prohibición de bolsas de plástico en supermercados y la tendencia de sustituirlas por papel o cartoncillo como un supuesto acto de “amistad ambiental” ha despertado en la comunidad científica un debate respecto a si realmente la huella de contaminación se reduce ante estos cambios.
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El Mtro. Juan Pablo Chargoy de la Universidad del Medio Ambiente del Estado de México considera los siguientes parámetros cuando se trata de identificar las mayores fuentes contaminantes al generar, utilizar y desechar los productos plásticos y de papel: dióxido de carbono generado, agua y recursos energéticos empleados. En ese tenor, vamos a continuación a ubicar ambos escenarios:
La bolsa de papel
Es muy posible que venga de una fuente reciclada. Sin embargo, la grasa del pan (o del alimento que esté almacenando) se convierte por sí misma en un contaminante que reduce la posibilidad de reutilización. Ya en la basura, esa bolsa irá directo al relleno sanitario y se va a degradar. Cuando el papel se degrada, el carbono que tiene contenido se libera al ambiente y eso genera gases de efecto invernadero.
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La bolsa de plástico
Es muy posible que no venga de una fuente reciclada. A este tipo de materiales, como el polietileno del que están hechas las bolsas, se les llama “virgen”. Eso las vuelve inertes, es decir, que no conviven con el ambiente. La ventaja de ella es que, si se limpia, la cantidad de veces que se puede reusar es grandísima. No obstante, en algún momento llegará a la basura y, por ende, al relleno sanitario. Lo que sucede ahí es que va a ocupar espacio, pero no va a emitir ninguna sustancia.
El balance en cifras*
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- Fabricar plástico consume 40 % menos energía que fabricar papel, por lo que es menos contaminante.
- El plástico genera 80 % menos residuos sólidos que el papel, por lo que ocupa menos espacio en los rellenos sanitarios.
- Solamente el 5 % del plástico se recicla, mientras que en el papel se alcanza el 21% de reciclaje.
El papel tarda menos en degradarse que el plástico.
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Un paquete de 1,000 bolsas de plástico tamaño estándar pesa aproximadamente 6.81 kg y tiene un grosor de 8.9 cm. Un paquete de 1,000 bolsas de papel con las mismas medidas pesa 63.56 kg y tiene un grosor de 116.84 cm. Por lo tanto, transportar bolsas de plástico exige menos combustible y genera menos contaminación.
El papel se puede reciclar, para lo que se requiere agua limpia, productos químicos para blanqueo y manejo de fibras, energía para calentar y volver a obtener pulpa y papel. El papel se puede reciclar en promedio ocho veces antes de que las fibras se vuelvan demasiado cortas.
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El plástico se puede reciclar empleando energía para fundirlo y volver a formar materia prima o productos terminados. El consumo de agua y de productos químicos en este proceso es mínimo. El plástico se puede reciclar más de 20 veces antes de volverse débil y quebradizo.
*Información del Dr. Benjamín Ruiz Loyola, Académico de la Facultad de Química de la UNAM.
¿Plástico o papel?
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Hay que entender que todo contamina y todo tiene un impacto ambiental. Decir que algo no contamina es una falacia.
Por ejemplo, si usas las bolsas de papel para varias idas al súper, entonces son preferibles frente al plástico y viceversa. Si ambas son desechadas el mismo día que se adquirieron, entonces es mejor el plástico. Pero si puedes extender la vida de cualquier bolsa, envase o empaque, el daño ambiental va a ser definitivamente menor.
En resumen, lo que pueda reusarse y tenga una vida útil más larga es lo más conveniente. Esa es la regla en este tipo de decisiones.
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