Más de catorce elementos químicos son liberados al aire cuando se detienen los fuegos artificiales y el cielo se ilumina por algunos segundos con luces de colores.
De acuerdo con la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), esa mezcla libera, entre otros, monóxido de carbono y partículas suspendidas, y junto con las emisiones del transporte, fábricas, fogatas, calentones y quema de llantas o basura genera, sobre todo los días 12 y 25 de diciembre, 1º. y 6 de enero, alta contaminación, escasa visibilidad y sensación de neblina.
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Resulta imposible saber el número de fuegos artificiales y cohetes vendidos en estas fechas, pues la mayoría son de venta furtiva. Sin embargo, durante el recorrido realizado por calles de venta ambulante se encontraron al menos siete comerciantes con más de 150 productos, los cuales venden en cuestión de días, aseguran a este Diario.
Tal como propone la Semarnat, lo ideal es evitar este tipo de atractivos. No sobra reconocer que el ruido y las luces resultado de los estallidos que se hacen durante largos tiempos y en grandes cantidades, perturban los ecosistemas.
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