Los plásticos de un solo uso contienen una grave concentración de metales que ponen en riesgo a la salud humana y el medio ambiente, según un estudio conjunto del Instituto Politécnico Nacional (IPN) y la UNAM.
Para dicho análisis realizado únicamente en la Ciudad de México, se recolectaron 33 plásticos de un solo uso en 16 municipios, de los cuales se encontraron 25 metales diferentes, entre ellos cobre, plomo, cromo, molibdeno, zinc y hierro, que alcanzaron las concentraciones máximas.
Dicho esto, representa un serio problema para la salud humana y el medio ambiente, puesto que las cantidades de esos metales en los plásticos rebasan las normas internacionales estándar utilizadas en Estados Unidos, Europa y Emiratos Árabes Unidos, asegura Shruti Venkata Chari, del IPN y primera autora del estudio.
Esto quiere decir que no tienen las características fisicoquímicas adecuadas y podrían terminar aumentando el desecho sólido de crecimiento exponencial en el futuro inmediato. Y es que todos, agrega, están compuestos de polietileno de alta densidad y polietileno de baja densidad, con contenidos metálicos significativos, y muestran un comportamiento de degradación térmica variable.
Esos metales pesados y compuestos organometálicos fueron agregados a la matriz polimérica para optimizar el costo de producción de los plásticos de un solo uso, con una consecuencia inevitable: que su descomposición en el futuro cercano liberaré metales tóxicos en el medio ambiente.
Además, al no estar unidos químicamente a las moléculas de polímero, por la acción de luz y el calor pueden filtrarse gradualmente y tener efectos directos e indirectos en el medio ambiente y la salud, pues la mayoría de veces, alimentos y vegetales que consumimos están en contacto con el plástico que contiene los metales pesados y en una concentración más del límite permitido, por lo que hay la posibilidad de contaminación.
¿LA SOLUCIÓN?
- Los investigadores señalan que las propuestas derivadas de la investigación serían: la primera, tener una norma mexicana para certificar los plásticos de un solo uso y, la otra, realizar más estudios en el futuro inmediato para comprender las características de composición de estos materiales empleados en todo México, y ayudar a garantizar su calidad. *Con información de Gaceta UNAM.
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