A propósito de la abstención de carne que solicita la Iglesia católica y el tiempo que tienen las familias durante Semana Santa para preparar recetas que requieren dedicación, destacan ciertas preparaciones típicas en el abanico gastronómico de México.
A continuación, te compartimos cinco cazuelas que no pueden faltar en tu mesa, pues además de ser muy ricas, contienen nutrientes esenciales para toda la familia.
TORTITAS DE CAMARÓN Y crujientes pepitorias,
Las tortitas de camarón con haba y nopales es un platillo típico que se prepara y consume durante la vigilia, pues se han convertido en una alternativa exquisita y nutritiva para quienes cumplen con estos días marcados por la fe cristiana.
El guiso, originario del norte de México, tiene como ingredientes principales el haba molida y el camarón en polvo. Ambos se complementan con huevo para freírlo en pequeñas tortitas y se agregan a los nopales en chile colorado.
Las habas también son fuente de fibra, la cual mejora el tránsito digestivo y ayuda a mantener un peso adecuado. Además, contiene hidratos de carbono complejos, mismos que son usados como energía.
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El camarón es un alimento que proporciona vitamina B12, B9 y B3, que apoyan al metabolismo, al sistema nervioso y al sistema inmunitario. Además, aporta un bajo nivel de grasas y calorías, comparado con la carne de pollo, res o cerdo.
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El nopal, por su parte, contiene vitaminas A, complejo B, C, minerales como calcio, magnesio, sodio, potasio, hierro y fibras en lignina, celulosa, hemicelulosa, pectina, y mucílagos que, en conjunto con los 17 aminoácidos, ayudan a eliminar toxinas provocadas por el alcohol y el humo del cigarro.
la capirota
Elaboradas a base de harina de trigo y agua, las obleas mexicanas son un deleite para los sentidos; más aún, cuando se acompañan de pepitas de calabaza y se convierten en PEPITORIAS que son emparedados de oblea con relleno de miel de piloncillo y pepitas de calabaza.
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En Tlaxcala, la tradición de elaborar obleas está arraigada en comunidades como Santa Ana Chiautempan, donde también las emplean como base de los muéganos, helados, pasteles y muchos otros postres creativos que han surgido en la repostería local.
Actualmente, se diseñan con distintas formas y sabores de relleno como chocolate, cajeta, dulce de leche, entre otras. Así como figuras de personajes de series de televisión pintadas con chocolate.
CEVICHE
A pesar de que tiene orígenes españoles, CAPIROTADA sabe a tierras mexicanas, pues sus ingredientes destacan el dulzor del piloncillo que tanto nos gusta a los tlaxcaltecas.
Su nombre deriva del “capirote”, que son las cofias que usan algunos sacerdotes durante la Semana Santa, por lo que la Cuaresma es el tiempo propio de consumo.
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La capirotada se compone tradicionalmente de pan añejo, piloncillo, canela, cacahuates y queso, con un toque de clavo, cuya receta fue registrada por primera vez en el libro “De re coquinaria”, del romano Apicio, en el siglo IV. Sin embargo, con el paso del tiempo numerosas interpretaciones del platillo han conquistado los recetarios.
El listado de sabores que le dan sabor hoy integra jitomate, cebolla, frutos secos, garbanzo molido, leche, clavo, canela y almendras.
SETAS
Diferentes recetas de Semana Santa tienen el pescado como ingrediente estrella, pues es una de las carnes permitidas por la Iglesia para consumirse en estos días. El ceviche destaca en toda América Latina.
Bacalao, lenguado, dorada, merluza, lubina o mero son algunos de los pescados que pueden utilizarse para prepararlo. Su particularidad es que no está asociado a un tratamiento térmico a lo largo de su proceso de elaboración, sino que se “cuece” con limón.
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Al tomar en cuenta que el calor elimina microorganismos dañinos en los alimentos, comer ceviche, o cualquier otro alimento crudo o casi crudo, ya sea de origen animal o vegetal, es un factor de riesgo, por lo que se recomienda congelar el pescado horas antes de su preparación.
SETAS
La carne del futuro no está elaborada en laboratorios especializados como nos lo hizo creer la ciencia ficción, sino que crece de manera natural entre los restos de madera, hojas de árboles y otros compuestos orgánicos de los bosques mexicanos; se trata de los hongos seta.
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Estos organismos, además de ser indispensables para el equilibrio ecológico del mundo, son la materia prima para un sinfín de platillos a los que no se les puede pedir más, incluso cuando se omiten productos de origen animal.
Tanto para personas que omiten la carne en su dieta diaria, como para quienes la evitan en temporada de abstinencia solicitada en el ámbito religioso, las setas resultan excelentes sustitutos en sabor, presentación y valor nutricional.
La recomendación es tratarlos de la misma manera que la carne, es decir, agregar sazonadores, marinarlos, cocerlos hasta que queden suaves y acompañarlos con otros vegetales para complementar y hacer más vistosos los platillos como ceviche, picadillo y sopa.
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Las razones sobran: son ricas en hierro, fósforo, yodo, magnesio, selenio, calcio, potasio, zinc, vitaminas A, y vitaminas del grupo B, C y D. Además, se trata de un alimento rico en agua, sin grasa, con proteínas de alta calidad y fibra.