El clásico cochinito de cerámica, símbolo universal del ahorro, ha resistido al paso del tiempo. A pesar de la modernización del sistema financiero y la popularización de las cuentas bancarias digitales, esta figura es parte innegable del imaginario colectivo cuando pensamos en guardar dinero.
¿Por qué un cochinito y no otro objeto u otro animal? La respuesta combina historia, cultura y hasta superstición.
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EL ORIGEN EUROPEO Y LA CONFUSIÓN LINGÜÍSTICA
La historia del cochinito como símbolo de ahorro se remonta a la Europa medieval, donde era común que las familias utilizaran frascos de barro para guardar dinero, dado que los bancos aún no estaban disponibles para todos.
Estos recipientes se fabricaban con un tipo de arcilla conocida como pygg, de color anaranjado, muy abundante y económica en esa época.
Con el tiempo, la palabra pygg fue confundida con pig (cerdo en inglés), lo que llevó a los alfareros del siglo XVIII a fabricar pequeñas alcancías en forma de cerditos. Así nació el “piggy bank” que, lejos de perder vigencia, se ha convertido en un emblema del ahorro en todo el mundo.
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UN SÍMBOLO DE ABUNDANCIA
Más allá de la confusión lingüística, el cerdo ya tenía un simbolismo positivo asociado con la abundancia. En varias culturas, como la germánica y la china, estos animales eran considerados un signo de buena suerte y prosperidad.
En la Europa rural, quien poseía cerdos aseguraba alimento para el invierno y recursos económicos en caso de necesidad.
La imagen del cochinito se propagó así bajo la idea de ahorro como un medio para asegurar tiempos mejores y enfrentar emergencias. Incluso en el mundo digital, los íconos de aplicaciones financieras suelen incluir imágenes de cerditos como un guiño a esta tradición.
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EL RITUAL DE LA RUPTURA
El diseño tradicional del cochinito de cerámica implica que una vez lleno hay que romperlo para acceder a los ahorros. Esta acción representa un momento simbólico: el esfuerzo acumulado finalmente se transforma en recompensa.
Para muchas personas, romper el cochinito es un acto ceremonial, un recordatorio de que la paciencia y la constancia tienen su premio.
Aunque hoy en día existen alcancías con tapa reutilizable, las versiones originales mantienen su encanto, especialmente para los niños, quienes viven esta experiencia como una lección temprana de administración y responsabilidad financiera.
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En México, el cochinito ha sido adoptado por los artesanos como una forma de expresión artística. En talleres alfareros de Tlaxcala los cochinitos de barro se decoran con colores vivos y detalles minuciosos, convirtiéndose en auténticas piezas de arte popular.