Dicen que “cuando el gallo canta, la gente se levanta” y no es para menos. Antes de que existieran las alarmas, los pobladores del campo tenían habituadas sus horas de sueño en función del primer canto matutino de los gallos, que coincide con los primeros rayos del sol, ¿sabes cuál es la razón por la que estas aves domésticas despiertan a todos tan temprano?
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Existen dos razones principales por las que ese despertador natural se “activa” en la madrugada. La primera de ellas tiene que ver con su carácter dominante, pues se cree que el gallo comienza el día reafirmando su autoridad sobre el gallinero.
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Antes del amanecer, emite su fuerte sonido para probar si hay un macho dispuesto a desafiarlo, de ser así habrá un acercamiento que terminará en pelea.
Por otro lado, estudios del comportamiento de los animales han descubierto que, en las especies que viven de modo individual, el canto del gallo también podría ser una llamada de apareamiento para las gallinas que se encuentran cercanas.
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Ahora, la creencia popular indica que el gallo solo canta al amanecer, pero en realidad lo hace entre 15 y 20 veces al día. No obstante, durante la madrugada existe una mejor acústica. Las bajas temperaturas, el silencio que propina la vida de otras especies y los altos niveles de humedad en el ambiente favorecen la transmisión del sonido por el aire, pudiendo así alcanzar varios metros de distancia.
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Increíble pero cierto. La Organización Mundial de la Salud (OMS) dice que los sonidos por debajo de 70 decibelios son saludables para los seres humanos. De esta manera, el ruido no debería nunca superar una presión sonora de 140 decibelios en los adultos y 120 decibelios en los niños.
Para nuestra sorpresa, el “kikiriki” de un gallo puede superar unos 140 decibelios, es decir, ¡es más intenso que la pirotecnia! Ante esto, es imposible que no despierte a todos en el pueblo.
Está demostrado que ruidos superiores a 90 decibelios experimentados de una forma habitual durante mucho tiempo, producen la pérdida de audición, ¡afortunadamente el gallo solo canta unos minutos!
Por más molesto que resulte, el canto de las aves forma parte del paisaje sonoro de nuestras comunidades, sumado a lo anterior, debemos recordar que los antiguos pobladores de Tlaxcala tenían una forma muy peculiar de contar el día.
CUATRO MOMENTOS DEL DÍA MARCADOS POR AVES
Coro amanecer: alude al sonido de las aves cuando inician su día. Se cree que el orden de inicio está ligado al tamaño de los ojos del ave: cuanto más grande empiezan primero. La clave está en la cantidad de luz que reciben.
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Día: el espacio temporal entre la salida y la puesta del sol se conoce como día. En este momento los animales diurnos completan sus actividades básicas y entre ellas, se desata un paisaje sonoro que involucra mayor movimiento y provecho de estas horas.
Coro atardecer: debido al decrecimiento de actividades diurnas, el paisaje sonoro parece más limpio y, por lo tanto, el canto de las aves vuelve a protagonizar los cielos.
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Noche: la noche es un periodo de paz auditiva. Los animales nocturnos tienden a ser silenciosos mientras que los diurnos están refugiados durmiendo. Aunque existen algunas aves que llegan a cantar de noche, su bullicio es minúsculo por el cuidado que tienen de no atraer depredadores. En ese sentido, la noche es un espacio de total calma.