Los frutos secos constituyen un complemento idóneo en nuestra dieta, pues además de ayudarnos a reducir los problemas cardiovasculares, combaten los problemas del estrés y el cansancio.
Y nos referimos a aquellos frutos que contienen escasa proporción de agua (menos de un 50 por ciento) en su composición y están cubiertos por una cáscara más o menos dura, según las especies.
De acuerdo con la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, la gran cantidad de vitaminas y minerales protegen a nuestro organismo contra la obesidad, anemia, estrés, cansancio, síndrome premenstrual y la debilidad en los huesos.
Asimismo, su alta densidad de antioxidantes ayuda a prevenir enfermedades del corazón y el envejecimiento prematuro, reducir el colesterol en la sangre y la presión arterial.
Estos se pueden consumir como botana, agregar a licuados, yogures, ensaladas, pastas y salsas.
La nuez, almendra, cacahuate, piñón, castaña, avellana, dátil, pistachos, entre otros, también son complementos ideales para la elaboración de panes, sopas, purés y postres.
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