Decir “salud” al brindar con una copa o cuando alguien estornuda es una costumbre arraigada en muchas culturas alrededor del mundo. Esta práctica, aunque parece simple, tiene una rica historia y simbolismo detrás.
EL BRINDIS
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El acto de brindar con una copa y decir “salud” tiene raíces antiguas. Se cree que esta tradición se remonta a las civilizaciones griega y romana. Durante esos tiempos, levantar una copa en honor a los dioses o a los seres queridos era una forma de pedir protección y bienestar. De hecho, la palabra “brindis” proviene del alemán bring dir's, que significa "te lo ofrezco".
Por otro lado, decir "salud" al brindar tiene varios propósitos simbólicos. La palabra, en primer lugar, expresa un deseo de buena salud y bienestar para aquellos con quienes compartimos la bebida. Además, en la antigüedad chocar las copas lo suficientemente fuerte como para hacer que el contenido de ambas se mezclara era una forma de demostrar que la bebida no estaba envenenada.
En cambio, hay quienes aseguran que la expresión pretende salvar a las amistades de una bebida caducada. Cuando no existían suficientes métodos de conservación, era fácil escuchar que las personas se intoxicaban con ciertas bebidas.
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EL ESTORNUDO
Decir "salud" cuando alguien estornuda también tiene una historia interesante. Durante la Edad Media, cuando la peste bubónica asolaba Europa, se creía que el estornudo era un síntoma de la enfermedad. Decir "Dios te bendiga" era una forma de invocar la protección divina contra la peste. Con el paso del tiempo se acortaría a “Jesús” o “salud”.
En algunas otras culturas, se pensaba que el alma podía salir del cuerpo durante un estornudo. Decir "salud" era una forma de proteger a la persona y evitar que el alma se escapara.
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En otras tradiciones, se creía que el estornudo abría momentáneamente el cuerpo a la entrada de espíritus malignos. Decir "salud" era una manera de proteger a la persona de estas influencias negativas.
UNA COSTUMBRE HEREDADA
En la actualidad, aunque la costumbre de decir "salud" al estornudar ha perdido muchas de sus connotaciones supersticiosas, se mantiene como una expresión de cortesía y buenos deseos. Es un gesto amable que muestra consideración por la salud de los demás.