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¿Sabías que a veces es mejor enfrentar un bache a más de 100 km/h que a 30 km/h? Aunque parezca contraintuitivo, las llantas y suspensión tienen probabilidad de “flotar” sobre el bache sin hundirse cuando van a altas velocidades. La razón la explica la ciencia, pero las circunstancias para que esto resulte también se deben poner sobre la mesa.
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LA FÍSICA DE LA CONDUCCIÓN VEHICULAR
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El modo de enfrentarse a un bache depende de las circunstancias del camino. Lo ideal es ser precavido cuando el terreno por el que se transita está dañado o lleno de socavones, pues esto es un parteaguas en la reducción de accidentes viales.
La primera opción siempre será rodearlos o evitarlos, pero cuando esta alternativa desaparece es cuando hay que elegir entre frenar o acelerar.
¿Cuándo es propicio acelerar? Cuando se vislumbra un bache en el camino y la velocidad que se lleva en ese el trayecto es alta.
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Según la Primera Ley de Newton o Ley de la inercia, todo cuerpo tiende a mantener su estado de reposo o movimiento rectilíneo y uniforme, mientras no actúe sobre él una fuerza externa. Así, el vehículo va a mantener la velocidad que llevaba ante la colisión del bache y no se dañará el motor.
Si por el contrario uno baja la velocidad, lo más seguro es que se pierda el control del vehículo y termine por dañarse gran parte de él. Por otro lado, acelerar el auto reduce significativamente el impacto que, a velocidades más bajas, genera más vibraciones y sacudidas a los pasajeros.
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¿Cuándo es mejor bajar la velocidad? Cuando se lleva una velocidad igual o menor a los 60 km/h y las condiciones de camino permiten reducir a la mitad. Pasar lento un bache con baja profundidad es mejor que intentar acelerar estando ya cerca de él.
Esto se hace con el fin de que el amortiguador y los neumáticos sufran lo menos posible, pues en circunstancias de cambios rápidos de diferentes velocidades ya no es aplicable la teoría de Newton.
A TOMAR EN CUENTA
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En cualquiera de los casos anteriores, se recomienda sujetar el volante con firmeza en la parte media superior del objeto. Esta posición permite un mayor control de maniobra.
Por otra parte, se sugiere evitar ejercicios bruscos que pongan en riesgo tu seguridad y la del resto de los conductores del trecho.
Después de la lluvia se deben extremar precauciones; los baches en las calles pueden estar llenos de agua o lodo que se confunda con el pavimento, por lo que es importante manejar a bajas velocidades.
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Si pasaste por una zona dañada, no dudes en llevar tu vehículo a una revisión para asegurarte de que no tenga un deterioro que comprometa su uso.
Los daños más comunes por baches son llantas desinfladas, abolladuras en la carrocería, ruidos en el sistema de escape y la desviación del auto que significa un problema de alineación.
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