Su aleteo imperceptible que parece suspenderlos en el aire y el brillante tornasol en sus alas lo convierten en una de las aves más admiradas del reino animal, pero el colibrí no solo destaca por su apariencia. La leyenda de los antiguos mayas narra que estos animales tienen la capacidad de establecer comunicación entre el mundo de los muertos y el de los vivos.
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Según la leyenda, cuando los dioses crearon la flora y fauna del mundo pensaron en un ser capaz de transportar deseos al más allá. Para esa tarea, tallaron una fina flecha de jade que salió volando cuando soplaron sobre ella. En ese momento los dioses le habían dado vida al x ts’unu’um, el colibrí.
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Desde entonces, el colibrí vuela libre y livianamente llevando mensajes de un lado a otro. Según las creencias, si tu casa es visitada diariamente por uno de estos pajaritos seguro es porque, desde el mundo de los muertos, alguien te está enviando saludos.
Ahora, si un colibrí vuela muy cerca de tu cabeza, elige el mensaje que quieres enviar a algún ser querido fallecido. Él tomará tu pensamiento y lo llevará al destinatario, así que piensa bien tus deseos, por algo el colibrí pasa por tu camino.
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Algunos datos curiosos
En México, existen 57 especies diferentes de colibrí, de las cuales 13 son endémicas del país.
El debate de siempre: ¿El plural de colibrí es «colibrís» o «colibríes»? De acuerdo con la RAE, ambas formas son adecuadas.
Los colibríes son los únicos animales alados que tienen la capacidad de volar en todas direcciones: derecha, izquierda, adelante y hacia atrás.
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El aleteo de estas aves es el más veloz registrado en el mundo con hasta 70 aleteos por segundo, es decir, ¡más de 4 mil aleteos por minuto!
De acuerdo con Mary Stoddard, bióloga evolutiva de la Universidad de Princeton, los colibríes tienen una vista tetracromática, o sea que pueden ver hasta cinco colores que nosotros los humanos no podemos percibir.
Las patas del colibrí no sirven para caminar, por eso nunca hemos visto a una de estas aves en el suelo. Sin embargo, usan las patas para percharse de las ramas de los árboles y para rascarse.