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El símbolo de “arriba”, conocido hoy como arroba (@), tiene una historia rica y larga que va mucho más allá de su uso en correos electrónicos y redes sociales. En realidad, su origen se remonta a la Edad Media y tiene raíces en la escritura mercantil de Europa, donde solía utilizarse como una unidad de medida.
UNA MEDIDA MEDIEVAL
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La arroba comenzó como una unidad de peso en la península ibérica y en algunas regiones árabes. De hecho, su nombre proviene del árabe “ar-rub”, que significa “la cuarta parte”. Originalmente, representaba un cuarto de un quintal (equivalente a unos 11.5 kilos en España o 15 en Portugal, pues la unidad era dependiente de la región).
La arroba se usaba para medir la cantidad de productos agrícolas o mercancías, especialmente el vino, el aceite y los granos, que se intercambiaban en grandes cantidades. Actualmente, es una medida muy común para medir la harina en México o el café en Colombia.
DE LOS MERCADOS A LOS MANUSCRITOS
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A medida que los mercaderes necesitaban maneras prácticas de anotar las unidades y valores de lo que vendían, empezaron a usar el símbolo “@” para abreviar “arroba” en sus documentos y registros contables.
El lingüista Adrián Chávez explica que el pionero en esto fue un comerciante florentino llamado Francesco Lapi envió una carta de Sevilla a Roma en 1536 en la que narraba a gran cantidad de tesoros llevados a Europa desde Latinoamérica durante la Conquista.
En alguna parte de la carta hace referencia a un ánfora de vino, una unidad de medida de líquidos pero en este caso la palabra ‘anfora´ no aparece, en cambio se utiliza el símbolo ´@´, detalla.
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Con el tiempo, este símbolo adquirió diversas connotaciones en manuscritos antiguos y cuentas comerciales, a veces como un sinónimo de “a” o “hacia” (a medida que evolucionaba del latín “ad”).
UN SÍMBOLO SOBREVIVIENTE EN LA ERA MODERNA
El @ perdió relevancia como medida, pero sobrevivió como un símbolo tipográfico en imprentas y máquinas de escribir. Este antiguo símbolo se mantuvo en teclados y en códigos de comunicación porque resultaba versátil en distintos idiomas y sistemas.
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Su reinvención definitiva llegó en la década de 1970, cuando el ingeniero estadounidense Ray Tomlinson necesitó un símbolo para conectar los nombres de usuario con sus servidores en el primer sistema de correo electrónico.
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Tomlinson eligió el arroba porque ya existía en los teclados y no se usaba en nombres comunes ni direcciones. Así fue como llegamos a su uso moderno y símbolo de la tecnología y la modernidad, detalla Adrián Chávez.
El símbolo medieval que una vez marcó medidas de grano y vino encontró una nueva vida en la tecnología y su adopción universal como conector de identidades en internet ha hecho que resurja de las antiguas transacciones para convertirse en un ícono de la era digital.
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DATO INTERESANTE
El Diccionario del Español en México detalla que arroba es la “medida de peso que equivale comúnmente a la cuarta parte de un quintal, pero que varía según las regiones y materias que se pesen. Por ejemplo, en Sonora equivale a 11 kg, lo mismo que en Oaxaca (para el chile); en Tamaulipas, a 12 kg; en Chiapas, a 13 kg; en Veracruz, a 17.25 o 17.50 kg; en Nuevo León, a 18.40 kg (para el aguardiente); en Campeche, a 46 kg (para la fibra de henequén); etc: una arroba de aguardiente, una arroba de henequén, dos arrobas de chile, “¿Para qué quieres el catre tan fuerte? ¿Es que te vas a casar con Doña Justina, la del mesón, que pesa once arrobas?”.
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