Las avispas agaonidae son insectos de metamorfosis complicada; sus diminutos cuerpos facilitan el acceso en espacios donde las hembras ovipositan y aseguran espacios con alimento para sus descendientes.
Su espacio favorito es la superficie de las flores de la higuera. Sorprendentemente, las higueras producen sus flores dentro de los higos; en ese sentido podemos asegurar que un higo no es una fruta. Más bien es una estructura que técnicamente se denomina sicono, y dentro de ella se encuentran cientos de pequeñas flores, así lo explica el Instituto de Ecología de Conacyt.
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Las 900 especies de higueras que existen, como cualquier flor necesita un polinizador que propague el polen y le ayude a reproducirse entre frutos y semillas.
Para acceder a este espacio, la avispa utiliza un pequeñísimo agujero llamado ostiolo que se encuentra en la parte inferior, las hembras depositan sus huevecillos y a partir de ese momento ocurre un sorprendente trato que flora y fauna han acordado a lo largo de los siglos.
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Las avispas hembras embarazadas tienen ya un espacio seguro para sus huevecillos, aun siendo muy pequeñas, suelen tener algunos contratiempos durante el acceso a ese agujero; al hacerlo generalmente pierden sus alas y antenas. Cuando las larvas nacen, los machos alcanzan la madurez antes que las hembras; en ese momento los machos fecundan a las hembras e inmediatamente tienen que cavar túneles que, posteriormente, le servirán a las hembras para escapar del higo.
Entonces, ¿qué pasa con las avispas macho? Para su desgracia, ellos no están destinados a salir del higo, una vez que se han reproducido y que han excavado los túneles, los machos morirán. De hecho, es por esta razón que nacen sin alas; no las necesitan porque nunca abandonan el higo, explica el artículo de Inecol.
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De esta forma, puede parecer que cuando se consumen higos, se consumen también avispas; sin embargo, antes de que llegue a nuestro paladar, el cadáver de la avispa se habrá descompuesto. Los higos producen una enzima que sirve para descomponer su cuerpo y transformarlo en proteína.
La Vanguardia explica que los higos maduran desde final de julio hasta noviembre, aunque la mejor temporada es a final de verano. Y si tenemos la duda de si se tratan de higos o brevas, todo depende de la maduración. Las brevas son higos que no consiguen madurar en otoño. Se quedan todo el invierno en el árbol como pequeños botones y en primavera completan su maduración.
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Comer higos puede aportar nutrientes varios y fibra alimentaria, que en conjunto brindan varios beneficios a la salud. Por lo tanto, puedes animarte a incluir unos cuantos higos en tu dieta con regularidad.
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